____ se muda a Corea con su mejor amiga y busca trabajo como maquilladora. Va a una entrevista en JYPE donde le dicen claramente que no se admitirían fans de las bandas que ahí trabajan, ella enojada oculta su amor por su banda favorita y hace su ma...
Me paré frente al edificio y lo contemplé, en mis días de turista había pasado cerca y me tomé fotos con Lana. No tuvimos suerte y no vimos nadie especial, pero ella me había contado una vez que se consiguió a Suzy.
Inhalé antes de entrar, si quería conseguir este trabajo debía ser estrictamente profesional. Tuve que llamar al número que me dio la persona esa vez confiando que era real, pues fue muy a la suerte.
El día anterior.
—¿En serio despidieron a gente en JYPE? —pregunté sirviéndonos la cena y Lana asintió.
—Salió en las noticias, fue un alboroto, alguien estaba acosando a los ídolos, filtró fotos e información que había escuchado, por eso sacarón a la luz las relaciones entre ellos y muchos lo negaron a pesar de las pruebas —dijo comiendo su yogurt— qué extraño que tú no lo sabes y yo sí.
Terminé de acomodar la mesa y me senté con ella.
—Sabes lo ocupada que he estado, casi ni veo las noticias de farándula —empecé a comer— ¿y si supieron quién fue?
—Fue un grupo pequeño de personas, pero lo suficiente para que los fandoms quieran prender en llamas a JYP.
—Eso no sería nuevo...
Ese hombre era uno de los más nombrados en las polémicas, sobre todo por sus bailes y pantalones de plástico.
—Pero tuvo suerte, los logró calmar consiguiendo que las personas negaran la mayoría de información. Así no tienen nada contra él... además tecnicamente no es el CEO.
—Pero sí el dueño.
Lana se encogió de hombros y sirvió jugo para ambas.
—¿Te han llamado? —preguntó señálando mi currículum que estaba en el mesón.
—Una de las tiendas y uno de las agencias de fiestas infantiles, ambos me dijeron que volviera a ir para otra entrevista.
Ella asintió sonriendo, eran buenas oportunidades pero, luego de haber conseguido una entrevista en JYPE aspiraba ese puesto.
Actualmente.
Sentada al lado de varias personas confirmé lo que pensaba, habían muchos puestos disponibles. El chico a mi lado iba por un puesto de planificador, dos chicas más por maquillistas, entre otros.
Llamaron mi nombre y mis manos no paraban de temblar. Entré en la oficina y estaban tres personas sentadas en una mesa larga, todos con una copia de los currículum. Me senté en la silla frente a ellos con las otras dos chicas que había visto afuera que aspiraban el mismo puesto. Hicieron las preguntas típicas y vieron mi portafolio.
—¿Saben por qué necesitamos nuevo personal? —preguntó uno de los hombres.
—Sí, hubo un soplón —respondió una chica, la otra concordó.
—Las tres son muy jóvenes, supongo que les gusta la música de bandas de nuestra industria y les gustaría conocerlos y por eso quieren el puesto —sentí como si el hombre me viera específicamente a mi. Las otras dos chicas son asiáticas, mientras yo resaltaba por el hecho de no serlo— ¿Me equivoco?
Las chicas empezaron a negar rápidamente y juraron nunca hacer algo así. Yo mantuve silencio.
—Si sabes hablar coreano, ¿no? —preguntó la mujer pronunciando exageradamente las palabras. En mi currículum salía mi examen de idioma con los resultados de mi nivel, lo suficiente alto para estudiar y trabajar. Asentí— ¿No tienes nada que decir?
—Desde mi punto de vista, si tienen un contrato lo suficientemente fuerte sobre la parte confidencial y cuidaran mejor a sus trabajadores se hubiesen dado cuenta que el acoso venía directamente del interior. Si tomaran acciones a la hora correcta —solté sin titubear— independientemente de si los que trabajan con ellos disfrutan de su música o no.
El hombre arregló su saco, alzó las cejas sorprendido recostándose hacía atrás en su silla.
—Un profesional se reconoce y no sacaría información sobre su trabajo al exterior —finalicé.
—De igual manera no queremos fans trabajando en el edificio, gracias su comentario cuidaremos nuestra ética —me respondió sarcástico el hombre.
—Siempre a la orden.
La mujer no evitó reírse y el otro hombre se cubrió la boca con la mano para no reír.
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