____ se muda a Corea con su mejor amiga y busca trabajo como maquilladora. Va a una entrevista en JYPE donde le dicen claramente que no se admitirían fans de las bandas que ahí trabajan, ella enojada oculta su amor por su banda favorita y hace su ma...
Lana me esperaba afuera de la empresa cuando salí, la saludé felizmente. Con nuestros brazos entrelazados caminamos al restaurante que quedaba a unas calles donde habituamos comer un poco de carne y tomar.
Como es fin de semana decidimos darnos el gusto.
—¡Ah! Sabe a gloria —exclamó Lana luego de tomarse un shot— ¿cómo estuvo tu día?
Como yo aún no cumplía los diecinueve no podía tomar con ella pero, sin duda ella adora tomar.
—Estuvo bien, hoy no tuve que huir de los chicos, estuve más que todo con las chicas y me robaron un poco de tiempo los de Stray Kids mostrándome su nueva coreografía —comí carne y ella sonrió— ¿Esa mirada qué significa?
—Adivina qué te compre por pagar la renta de este mes y hacer las compras —sacó una bolsa de plástico de su bolso moviéndola en el aire.
Intenté divisar qué era. Tal vez... ¿un libro? ¿Un disco?
—¡Déjame ver! —chillé inclinándome en la mesa.
—Prepárate —lo inclinó hacia atrás.
—¡Estoy preparada! —me senté correctamente en mi lugar, estiré mis manos para que me lo entregara y así hizo.
Abrí la bolsa para ver el contenido, era el disco de "You calling my name", solté un grito y cerré la bolsa sin creerlo.
—¡¿Para mi?! —chillé feliz.
—Si bobolonga, para ti.
—¡Te adoro!
Me levanté a abrazarla y darle besos por toda su cara de amargada.
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Después de hora y media Lana no podía con su vida, los tragos pudieron más que ella.
—Vámonos —me acerqué luego de haber pagado, ella me vio y rio, no podía ni pronunciar bien las palabras. La obligué a pararse, pase su brazo por mi hombro, agarre sus cosas y las mías para empezar nuestro camino a la casa.
Con suerte salí del local, Lana no paraba de inclinarse de un lado al otro.
—¡Espera, ____! —me volteé alarmada; un chico con mascarilla y gorra se acercó a mi— esto es tuyo —me extendió la bolsa donde estaba el disco, distinguí su voz. Youngjae.
—¡Oh gracias!
Espero que no haya visto lo que hay adentro.
En el momento que sostuve la bolsa que me extendía Lana se removió y casi se cae hacia adelante.
Youngjae me ayudó a que no cayera de llano al suelo.
—Te voy a acompañar —sentenció, agarró el brazo de mi amiga y la haló hacía él poniendo sus brazos en sus hombros, ella cayó desparramada en su espalda y él la alzó a caballito.
—No tienes que hacerlo... estoy bien —dije rápidamente y él negó.
—Vamos, vi que planeabas caminar con ella y Corea es un lugar seguro pero no tanto, sería grosero de mi parte dejarte ir así.
Me sonrojé. Espero que por la oscuridad no se note tanto.
Caminamos juntos en silencio, nuestro departamento no estaba tan lejos de allí, es el punto medio entre el trabajo de ambas.
Cuando empecé a subir las escaleras agradecí internamente que Youngjae me hubiese acompañado porque no hubiese podido con Lana.
—Es aquí —abrí la puerta, exhausto de la caminata entró y la dejó acostada en el sofá— déjame darte algo de tomar —deje las cosas en la mesa de centro y corrí a la cocina por un vaso de agua.
Cuando vuelvo con el vaso Youngjae sentado en el suelo veía fijamente la mesa de centro, seguí su mirada y fuera de la bolsa estaba el disco de ellos.
Tragué grueso. Deje el vaso y aparté el disco rápidamente, intentó evitar que se lo quitara pero no lo logró.
Miró detrás mío, me giré lentamente pero él fue más rápido en correr y agarrar el portarretrato. Una foto de Lana y yo con los ahgabong en el concierto.
—No es lo que parece —sonreí.
—Si es —señaló la foto. Tragué grueso, el ronquido de Lana resonó en la habitación.