MOON U; Youngjae GOT7

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—¡Hola, hola! —una voz armoniosa se escuchó afuera del departamento. Vi la hora, eran casi las seis de la tarde, faltaban tres días antes que volviera al trabajo. Los chismes habian parado un poco, las páginas que sigo en Facebook decían que desearían que Youngjae fuese sincero sobre su relación pero si no decía nada muy probablemente estaban equivocadas, amo la confianza del fandom— ¿Alguien en casa?

Me levanté rápidamente a abrir la puerta, en el camino me puse un suéter más grande que yo para ocultar el hecho que no llevo sostén. Al abrir Youngjae estaba parado esperando al menos a un metro de distancia con sus manos en los bolsillos.

—____, hola —sonrió cálido, no sabía que el padre de Coco tenía tanto tiempo libre.

—Hola solecito —le sonreí y sus orejas se coloraron visiblemente— ¿Qué haces por aquí? Podrías meterte en un problema.

—¿Ya cenaste? —preguntó nervioso— tengo un sitio en mente que estoy seguro que te gustará... habías dicho que quieres probar el tteokbokki —se relamió los labios.

Suspiré, ¿cómo se acuerda de ese tipo de cosas que menciono? Nadie nunca recuerda qué dije, se siente muy extraño.

—De acuerdo, pero dame diez minutos a que me cambie.

Señalé mi ropa y Youngjae solo asintió con una sonrisa sin mostrar los dientes, parece una linda nutria cuando hace eso.

Le hice espacio para que pasara pero, antes de que terminara de entrar me di cuenta de mi error, la sala estaba vuelta un desastre. Lo empujé de vuelta afuera y corrí a la sala agarrando todo lo que había y tirándolo dentro del cuarto de Lana. Cuando me volteé Youngjae estaba entrando de todas formas, miré alrededor, se veía bastante mejor para haber sido treinta segundos. Corrí por la última camisa mal puesta y tropecé con los zapatos.

Youngjae se estiró para evitar mi caída pero solo caímos los dos, yo encima de él. Nuestros rostros estaban muy cerca, él miraba fijamente mis ojos con sorpresa y tragó grueso. Me intenté levantar, haciendo que por mis medias resbale de nuevo golpeando su pecho.

Tosió cuando golpeé contra él.

—¡Perdona, perdona! Ay, este pecho debe costar millones de wones, perdona, perdón —repetí quitándome y él se levantó sonrojado.

—Creo que... ehm... deberías cambiarte... ehm... —tartamudeaba nervioso, me levanté de un brinco asintiendo repetitivamente— ehm, ten, creo que se te cayó —me lanzó algo, lo atajé y entré al cuarto cerrando la puerta tras de mí.

Exhalé el aire que contenía, vi la camisa que estaba en mis manos y ¡¿mi sostén?!

Es lo que me lanzó Youngjae, seguro estaba debajo de la camisa y salió volando cuando caímos. No-puede-ser.

¿Algo puede salir peor en estos cinco minutos?

Si contemplamos el hecho que caí dos veces encima de él...

No lo contemplemos. Me cambié lo suficientemente rápido para fingir que eso nunca pasó. Vestí con unos shorts a la cintura holgados, un top blanco semi cuello de tortuga, mi cardigan amarillo que combiné con mis medias amarillas y zapatos blancos.

Escuché a Youngjae cantar en la sala pero las paredes amortiguaron bien el sonido. Salí del cuarto, el pelinegro veía la ventana mientras cantaba. Su voz era estable pero su cara delata sus nervios, al igual que el rojo de sus orejas.

—Tu elegante expresión de cara y la manera en la que caminas. Es demasiado dulce para mi. Tu sentido de la moda —cantó Dreamin, me acerqué más a verlo y él brincó del susto— ¿Lista? —reía nervioso.

—Si ahora si —sonreí.

Cuando llegó la comida sentía como si la baba cáyese. Había visto tantas veces este plato en la televisión, tenerlo finalmente frente a mi le hace justicia a mis ganas de comer.

—Espero no te decepcione —Youngjae parecía muy nervioso, le sonreí para reconfortarlo.

—Por como luce y huele no lo creo.

Comimos lo más delicioso del planeta, estoy tan maravillada, no podía parar de pensar en lo bien que estaba la comida. Tanto que olvidé que Youngjae estaba ahí, cuando alcé la vista él me veía comer fijamente.

—Veo que te gusta comer —rió sin mostrar sus dientes. Limpié mi rostro con la servilleta y tomé el agua.

—Si... —murmuré avergonzada.

—No te avergüences, me alegra que comas bien —dijo feliz, quería ocultarme debajo de la mesa— ¿Cuándo vuelves al trabajo?

—En tres días, ¿ya me extrañas?

Hizo como si pensara con un tierno "hmmm". Lo fulminé con la mirada y él sonrió.

—Si te extraño mucho —extendió su mano para limpiar un sucio de mi mejilla, no pude evitar sonrojarme.

En multimedia está la canción que cantaba y lo que comieron
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Buenas buenaaas, ya las extrañaba un montón, en el anterior capítulo no les dije ¡Feliz 2021!
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Siento que la historia se me ha alargado pero ahora es que se viene lo bueno espero que la estén disfrutando
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Habrá más capítulos con la pareja secundaria sin duda, espero que lo disfruten, cumplan sus metas de este año eh