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Finalmente, los siguientes dos años y cinco meses habían pasado, por lo tanto, Naruto y Hinata habían terminado con su entrenamiento, fortaleciendo tanto su físico y habilidades como su relación como pareja, los dos estaban completamente satisfechos por ambas cosas. Jiraiya también se encontraba demasiado orgulloso del avance que ambos habían demostrado, no sólo se habían hecho más fuertes físicamente, sino también mentalmente, la timidez de Hinata había disminuído hasta la mitad mientras que la seguridad del rubio aumentó.

Bueno, y su amor por Hinata también.

—¡Hinata es la más hermosa! ¿¡No es así, ero-sennin!?— Naruto exclamó, abrazando a su novia sin planes de dejarla ir pronto. Eso ni loco.

—Naruto, cálmate un poco, estás apretando mucho a Hinata— suspiró el hombre, ya acostumbrado a la actitud tan... Pegajosa del rubio con la Hyūga. La mujer en cambio sólo soltó risitas divertida con la situación, realmente no le molestaba ni un poco la actitud melosa de su pareja, ya se había acostumbrado.

—No quiero y a Hinata no le molesta, ¿Verdad, Hina?— la chica asintió tímidamente, caminando con su novio abrazándola por detrás. Jiraiya suspiró, eran demasiado empalagosos, aunque debía admitir que se veían algo extraños y graciosos al caminar así de juntos. 

—Nope, pero si Jiraiya-sama dice que deberíamos separarnos...— ambos miraron a Jiraiya con un puchero y una expresión triste, el cual suspiró y fingió no haber dicho nada, ambos se habían vuelto prácticamente tan inseparables como un chicle. ¿Por qué? bueno...

Durante el entrenamiento, al tener a Hinata ahí mismo, la Hyuga eventualmente se enteró de la verdad acerca del kyuubi, o mejor conocido como el zorro de nueve colas, y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas al descubrir toda la historia, la cual fue narrada por el mayor. Apesar de tener una bestia en su interior, Hinata no se alejó, al contrario, se volvió mucho más unida y atenta a su pareja. 

Ambos se extrañaron, esperaban al menos una mínima señal de miedo u desprecio pero ese tipo de emociones no se mostraron en el rostro de la chica en toda la tarde, lo que hizo que al quedarse sola con su novio, éste le preguntase si realmente estaba bien con él teniendo una bestia en su interior, Hinata lo miró extrañada y cuando preguntó porqué y escuchó que el rubio dijo "Todos siempre me desprecian por ello, así que es normal que espere que me desprecien o teman al descubrirlo" Hinata se había sentido tan molesta y triste, ¿hasta qué punto tendrían que haber llegado los aldeanos para que la mentalidad del rubio se viese así de afectada? No quería ni pensarlo.

"Tú no eres un mounstruo, ¿de acuerdo? Eres mi novio" murmuró la menor mirándolo fijamente a sus ojos azulados, los cuales brillaban con expectación al escucharla. Hinata dejó un pequeño beso en la nariz del rubio. "Las personas que te desprecien por mantenerlo a raya dentro de tí, arriesgándote a tí mismo con ello, son personas tontas. El Cuarto Hokage nunca quiso que te trataran así, sino como un héroe, porque tú eres un héroe."

Después de esas palabras, el rubio no dudó ni un segundo en aventársele encima a su pareja mientras lágrimas salían de sus zafiros, demasiado conmovido y emocionado por lo que acababa de escuchar. Y sí, después de ello, se volvieron prácticamente inseparables.

—Ustedes dos no tienen remedio— suspiró el hombre, mirando hacia el frente y notando ya la entrada de la aldea a sólo unos metros de ellos, la pareja de adolescentes sonrió al ver su aldea natal, demasiado felices de haber vuelto. —Vamos.

Los tres caminaron hasta la entrada, Naruto dejó de abrazar a Hinata al ser incómodo caminar y en su lugar caminó a su lado, aunque tomando su mano. Siempre manteniéndose cerca de ella, lo cual le hacía sonreír y sonrojarse ligeramente. Ambos se miraban fijamente a los ojos mientras conversaban, riendo de vez en cuando.

☾︎ 𝐼 𝑠ℎ𝑜𝑢𝑙𝑑 ℎ𝑎𝑣𝑒 𝑙𝑜𝑣𝑒𝑑 𝑦𝑜𝑢 𝑏𝑒𝑓𝑜𝑟𝑒... ☽︎ ♡︎ ɴᴀʀᴜʜɪɴᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora