Capitulo 4

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Sigo sentada en el suelo,cerca de la chimenea, almenos el calor que me aporta me reconforta.
Sigo dándole vueltas a la cabeza , pensando en lo que Adriel me ha contado y la verdad que no recuerdo ni un solo momento de mi vida en el que él haya estado presente,tampoco recuerdo haber sentido su presencia ni haber visto esos preciosos ojos azules.Si los hubiera visto estoy más que segura de que me acordaría.
Eso me hace dudar por un momento.
¿Y si me está engañando?,ha reconocido que él es el lobo blanco de anoche.
Un lobo que te salvo la vida Anna ,me dice mi interior.
Mientras yo sigo aquí planteándome numerosas opciones , él no para de pulular por la casa,parece que está nervioso .

Toc TOC toc...la puerta de madera suena,yo me pongo alerta.
Adriel se dirige a la puerta y abre .
Entra en la casa un chico alto guapísimo ,moreno también de ojos color miel.
—¿Lo has traído todo Jace?
—¿Tú que crees?,dice con una sonrisa triunfal y le muestra lo que trae en las manos.
Jace es el mejor amigo de Adriel,su mano derecha, prácticamente su hermano.
—Anna ,ven acércate.
Pego un respingo y me acerco todo lo rápido que puedo.
—Anna este es Jace ,puedes confiar en él,
jamás te hará daño.
—¿Él también es un lobo?
—Si Anna,pero no te hará nada .
No tiene nada que ver con los lobos que quieren hacerte daño.
Jace la mira sonriendo, —Además te he traído algo de ropa.
—Gracias,Jace.
—Está en esa bolsa de ahí,puedes ir a cambiarte si así lo deseas .
Después ven aquí,tenemos que hablar contigo.
—De acuerdo.
Recojo lo que se supone que son mis cosas y me dirijo al dormitorio.
Abro rápidamente la maleta,ahí están mis cosas ,huelen a mi casa ,mi hogar.
Siento como si llevara meses fuera de casa y solo han pasado dos días.
Elijo un sujetador blanco,una camisa  blanca de seda y unos vaqueros.
Recojo mi pelo rubio en dos trenzas para que no me moleste demasiado la espalda,ya se está pasando el efecto del antibiótico natural que me ha aplicado Adriel esta mañana .
Me saco la camiseta y me dispongo a ponerme el sujetador ,cuando la parte del broche me da en la herida no puedo evitar dar un grito de dolor.
De pronto entra Adriel, que se ha transformado en lobo.
Yo me asusto al no esperar verlo de esa forma y me caigo de culo.
No me da tiempo a incorporarme cuando notó su mano ,ya humana agarrándome del brazo para ayudarme a incorporarme.
—Anna ¿Estás bien?
—Que susto Adriel,no puedes entrar así,transformado en tu otro yo.
—Perdona ,no quería asustarte ,he escuchado un grito y pensé que te había pasado algo o había entrado alguien.
Lo siento no puedo evitar mi transformación cuando huelo el peligro.
—Estoy bien, solo me he rozado la herida con el sujetador y me ha dolido bastante no he podido aguantar mi grito.
Perdona no quería asustarte yo a tí.
—No te lo pongas Anna puede hacerte daño..y yo no voy a hacerte nada.
Dice levantando las manos y desaparece de mi vista en cuestión de segundos.

Es mucho más guapo cuando sonríe y está relajado..no había podido apreciar su auténtica belleza,tanto de hombre como de lobo,es imponente.
Vuelvo a la maleta y decido ponerme un vestido rojo de lunares blancos,está vez sin sujetador,no quiero dañarme más la espalda ,cuando estoy lista salgo al salón.
Los dos hombres,ambos verdaderamente guapos,hablan con semblante serio.
Yo me acerco despacio,pero ambos al notar mi presencia se giran hacia mí.
—Estas impresionante dice Jace silbando.
Me pongo roja como un tomate,no estoy acostumbrada a que los hombres me digan piropos,bueno de hecho no estoy acostumbrada a los hombres.
—Gracias Jace.
—¡¡Bueno basta ya !! Dice Adriel alzando la voz,no puede soportar que Anna se sienta bien con los piropos de Jace .
Tenemos que tener la mente en lo que hay que tenerla ,que es nada más y nada menos que salvarte la vida, después de que estés a salvo como si queréis buscar una madriguera .
—Que carácter de perros tenemos hoy hermano ...
No puedo evitar reírme ante la ocurrencia de ese chico,me cae bien.
Es tan simpático y relajado ,todo lo contrario que Adriel siempre serio y correcto.
—Siéntate Anna tengo algo importante para ti.
Me siento a esperar lo que quiera que sea que esos chicos tienen para mí.

El guardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora