Ume es una chica cargada de misterios. Apareció enfrente de la puerta sin nadie a su alrededor, aunque no fue la única. Una ingenua y alegre castaña llegó justo a la par. Aquel pequeño hecho, estaba a punto de desencadenar grandes consecuencias, aun...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
CAPÍTULO SEIS
EL ALICE QUE SE ESFUMA
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El período de examenes había concluído y Yuu Tobitas había logrado ganar el premio para regresar a casa. Más la incertidumbre comenzó a respirarse días después. Un aviso había sido puesto en la tabla de anuncios. En primaria, a diferencia de secundaria, no se respiraba histeria. Nadie parecía comprender la gravedad del asunto. De manera natural, tal y como explicó Narumi a Mikan, solo había dos formas de perder el alice. Tras utilizarlo en exceso, a veces, podía llegarse a agotar o si el alice que se poseía solo se tenía en la niñez. En ambos casos, era una forma natural de despedida. En cambio, ahora, el alice desaparecía de golpe.
Ume fue la última en enterarse de la noticia y la primera en alertarse. Solo existía una manera de que el alice desapareciera de forma artificial y solo conocía una persona capaz de lograrlo. Sus manos temblaron y sus ojos se negaron alejarse de aquel mensaje. No podía creerse aquel aviso. No quería hacerlo. Se negaba aceptar que eso fuera real. Ella se había puesto en marcha.
✶✶✶
— ¡Atención chicos! — anunció el tutor de la clase — ¡El delagado ha vuelto!
La llegada del delegado fue un día normal. Fue recibido con alegria y repartió los recuerdos que había comprado a sus compañeros. Todo era felicidad, hasta que llegó la desesperación. Ese día era otro como cualquiera. Un día alegre, como tantos otros. Era un día como los demás, pero pasó algo excepcional.
— No puedo... utilizar mi alice.
El silencio reinó. Las peleas terminaron. Todos observaron atónitos a su delegado, logrando decir un "¡¿qué?!" colectivo que fue silenciado por un estridente sonido. La silla de Ume había caído al suelo, más ella ya se encontraba enfrente de Yuu.
— ¡¿Estas seguro de qué no tienes alice?! — el chico solo pudo asentir, hecho que desesperó más a la azabache — Mientras estabas fuera, ¿te has encontrado con alguna mujer? ¿Te ha tocado? ¿Recuerdas? ¿Respondeme, Yuu? ¿Has sido tocado por alguna mujer? Seguramente ocultaba su rostro. Por favor, tienes que recordar.
