8 - Vaya Navidad -

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CAPÍTULO OCHO

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CAPÍTULO OCHO

VAYA NAVIDAD

— Pensaba que me moría

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— Pensaba que me moría. — La respiración de Ume era irregular y apenas lograba mantenerse a cuatro patas — Pío recuérdame que te guarde un trozo de pastel.

Ume no sabía cuanto tiempo había estado cayendo, lo sintió como una eternidad. Sin embargo, cuando ella misma ya se había rendido, Pío apareció para agarrarla. La sostuvo con una de sus patas sin mayor dificultad. Su caida fue sustituída por una cálidez y suavidad que pocos habían podido probar. El pelaje o plumaje de Pío era como una manta en pleno invierno: reconfortante. y acojedor. Las carcajadas la volvieron a invadir mientras trataba de comprender qué había pasado. Había estado a nada de morir por idiota. Había estado a unos pocos segundos de reencontrarse con Nashi. Solo de pensarlo, le entraban unas irremediables ganas de reír.

La gente que se amontonó debajo del ave, intercambiaban miradas preocupadas. Ume había perdido la cabeza. Se decía que las personas actuaban de diferentes modos cuando vivían experiencias traumáticas, pero su reacción... Yagami solo reía. Reía con todas sus fuerzas.

— ¡Ume! ¡¿Estás bien?! — Ruka fue el primero en llegar a su posición, usando al pájaro como un tobogán — ¡¿Por qué no has usado tu alice?! ¡¿Querías morir?! ¡En qué estabas pensando... ¿Ume? — el chico cortó sus preguntas cuando vio que a pesar de reír con todas sus fuerzas, los ojos de su compañera no dejaban de derramar lágrimas. Las carcajadas no tardaron en sustituirse por gritos ahogados y sollozos. Su cuerpo comenzó a temblar y sus manos se aferraron con fuerza a su amigo en busca de estabilidad. Sin ser consciente de sus acciones, Ume se refugió en el pecho de Ruka y soltó todas las emociones que había estado guardando desde hacía ya mucho tiempo. 

— Perdón... Perdón... Perdón... Perdón... 

La voz de Ume era apenas un susurro camuflado por sus sollozos. Ruka abrió los ojos cuando la escuchó. No se estaba disculpando por la pelea. Sus ruegos iban mucho más allá. Se orginaban en lo más profundo de su corazón. Ume estaba suplicando por un perdón de vida. En un intento de quitarse un peso que llevaba cargando más de la mitad de su vida.  

Gakuen Alice: El último deseoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora