Ume es una chica cargada de misterios. Apareció enfrente de la puerta sin nadie a su alrededor, aunque no fue la única. Una ingenua y alegre castaña llegó justo a la par. Aquel pequeño hecho, estaba a punto de desencadenar grandes consecuencias, aun...
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CAPÍTULO DIECISIETE
SONREÍR UNA VEZ MÁS
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Ume regresó a la fiesta con una gran sonrisa en sus labios. Ahora sí estaban siendo unas felices Navidades. Tsubasa fue el primero en notar el orgullo que parecía rodearla. Con cierta curiosidad, la levantó del suelo para saciar sus recientes dudas.
─ ¿Ahora qué has hecho?
─ Quizás le he robado el trabajo a Santa Claus. ─ se rio en respuesta ─ Tengo ganas de ir a bailar. ¿Me concedes un baile, Tsubasa?
─ Eso es nuevo. ─ saludó Misaki ─ Si que estás de buen humor. ¿Ha pasado algo bueno?
─ Quién sabe... ¿Bailas sempai o le pido a otro?
─ ¿Me acabas de llamar sempai? / ¿Le acabas de llamar sempai?
Misaki y Tsubasa abrieron los ojos con demasiada sorpresa. Ume nunca llamaba a Tsubasa "sempai". La primera reacción de ambos fue comprobar si tenia fiebre. Incluso se plantearon que fuera una impostora. Cansada de toda esa atención injustificada, la pequeña bajó de los brazos de su sempai y se acercó a sus compañeros de clase. Los mayores cada día eran más raros...
─ Misaki... Me ha llamado sempai, ¿no?
─ Te ha llamado sempai. ─ confimó la pelirroja sin creérselo aún. Ante esa confirmación, una gran aura de felicidad lo envolvió. Por fin Ume lo había llamado sempai. ─ Pero tampoco te emociones tanto. ─ se burló ─ Normal que luego no te diga sempai.
─ Tú también... ─ soltó con desanimo.
Paralelamente a esa conversación, Ume había regresado con todos sus amigos. En lo primero que se fijó, fue en la ausencia de cierta persona, Ruka. Aunque tampoco le tomó mayor importancia. Conociéndole, solo podía estar en un lugar.
─ Hola Ume. ─ saludó Nonoko.
─ Te has perdido la entrega de tartas. ─ añadió Anna.
─ Otro año será. ─ le quitó importancia. Todos sus amigos se giraron a mirarla con ojos acusadores. ¿Qué mosca le había picado? ─ Es solo una tarta.
─ ¡¿Es solo una tarta?! ─ dramatizó Sumire.
─ Pero si a ti te encantan estas tradiciones. ─ apuntó Nonoko.
─ Ume habló con el director de secundaria para que Natsume viera a Mikan.
─ Se me había olvidado que lees la mente, Koko. ─ sonrió, restando importancia de nuevo al asunto ─ Solo les di un pequeño regalo de Navidad. Ambos se lo merecían. ─ Ume suspiró al notar como todas las miradas se apagaban otra vez. Por eso no quería comentarlo. Mikan seguía siendo un tema tabú.
