Ume es una chica cargada de misterios. Apareció enfrente de la puerta sin nadie a su alrededor, aunque no fue la única. Una ingenua y alegre castaña llegó justo a la par. Aquel pequeño hecho, estaba a punto de desencadenar grandes consecuencias, aun...
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CAPÍTULO DIECINUEVE
UN NUEVO MAÑANA
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Una semana más tarde, Ume y Mikan fueron llamadas al salón de conferencias. Era hora de afrontar las consecuencias de sus elecciones. Los nervios invadieron a ambas, la conversación que se avecinaba no iba a ser agradable, pero al menos se tenían la una a la otra. Ume sujetó la mano de Mikan en un intento de apoyarla. Ambas habían ingresado juntas a aquella academia y juntas la iban a dejar.
Al abrir las puertas, todas las miradas se centraron en ellas. En la sala se encontraron de frente con todos los profesores. Los únicos sentados eran los tres directores en funciones: Shiki, Kazumi [el tio de Mikan] y Jino, el nuevo director de primaria. Kazumi fue el encargado de tomar la palabra.
— Estamos aquí para discutir sobre la reciente desaparición del alice de dos de nuestras alumnas: Ume Yagami y Mikan Sakura. — el silencio reino en la sala, nadie quería perderse detalle de aquella conversación — Ume, Mikan después de haber hechos los preparativos, deberéis abandonar la academia. Una vez abandonéis las instalaciones, regresaréis con vuestras familias y retomaréis la vida que teníais antes de la academia. Además, todos aquellos recuerdos relacionados con el alice serán borrados.
— ¿Por qué? ¿Porqué mis recuerdos...? — Mikan fue la única capaz de tomar palabra. Ume, en cambio, permaneció en silencio. Su cerebro seguía tratando de entender aquella última afirmación. ¿Regresar a la vida que tenían antes? ¿Sus recuerdos serían borrados? — ¿Mis recuerdos son tan poco importantes que tengo que olvidarme de ellos? Tengo que olvidarme de mi padre y mi madre? ¿Olvidarme de todos ellos?
Narumi se apresuró abrazar a Mikan, quien no podía evitar llorar. El profesor la consoló y le explicó detalladamente el porqué debía olvidar. A diferencia de los que seguían en la academia, ellas solo eran una niñas. No podían permitir que cargaran con tal peso. Además, el alice era parte de ellas, al perderlo sus cuerpos podrías recibir severos daños. Para evitar cualquier incidente, era necesario pasar por ese proceso, aunque el precio a pagar fueran sus recuerdos. Esa era la única forma de protegerlas.
— Ume estás muy callada... ¿Hay algo que quieras decirnos? — la voz del director de bachillerato volvió a resonar. Todos los ojos se clavaron en la pequeña silueta de la azabache. Era raro verla sin palabras, por lo general era la primera en protestar.
Ume solo pudo negar con la cabeza. Ella había decidido ese camino. Había sido justamente ella quien le pidió a Mikan que le arrebatara su alice. Ahora no tenía ningún derecho a hablar. Desde que tenía memoria, siempre vivió rodeada de alice. Reo, Nashi, Yuka, Shiki, la organización... Todos tenían un alice. Hasta la abuela de Nashi tenía uno. ¿Qué pasaría ahora con ella?
