It's you ♡ (Editando)

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Los dos se separaron rápidamente cortando el beso. Jennie se sentía desconcertada y ¿confundida? Y Taehyung solo maldecia en sus adentros.

— ¿así que te besas con tus amigos?— exclamó Irene molesta mirando con desprecio a Jennie.

— Irene... — fue interrumpido por la castaña quien fue más rápido en responder.

— no entiendo porque el reclamo si ni siquiera son novios — hablo Jennie sin mostrar ningún tipo de temor hacia la pelinegra.

La castaña estaba a punto de explotar, era su maldito problema si se besa con Taehyung o no. Era su vida y ella sabía como manejarla. No sentía arrepentimiento por el beso.

Irene no dijo nada y una sonrisa se formó en los labios de Jennie. Tenia razón, ellos no eran novios pero tampoco le daría la satisfacción de darle la razón, jamás lo permitiría. La miro de arriba a abajo buscando algún defecto y sus ojos se fijaron en las cicatrices que tenía en las muñecas ( que no eran tan visibles gracias al maquillaje ) pero alguien observador si las podía notar. Esa era la oportunidad perfecta para desviar el tema.

— ¿así que vas por el mismo camino que la estupida de tu madre? — sonrio triunfante señalando sus muñecas.

Eso había sido la gota que derramó el vaso. Jennie la tomó del brazo fuertemente obligándola a verla a los ojos. Esos ojos oscuros que por primera vez causaron temor en Irene al verlos fijamente.

— mira idiota, es mi puto problema si me corto o no y sefa mejor que te dejes de meter en mis asuntos si no quieres que te saque los ojos — amenazo con voz ronca.

Taehyung solo miraba la escena estupefacto. Al principio no entendía nada de lo que Irene estaba diciendo, pero al escuchar a su mejor amiga todo tuvo sentido. Jennie la soltó y fue adentro, buscó a su padre con la mirada y cuando logró verlo no dudó ni un segundo en acercarse a el.

— p-papa n-necesito irme — hablo entre cortado mirando con desesperación a su padre.

— Jennie ¿estás bien? — el hombre se paró rápidamente.

Estaba sufriendo un ataque de hiperventilación, su pecho subía y bajaba rápidamente y su corazón latía descontrolablemente, no eran señales buena.

— e-es un a-ataq-que — apenas logro responder — I-ire en la lim-musina, t-tu deb-bes qued-darte.

— ¿cómo piensas que estaré tranquilo cuando mi hija está en esta condición?— estaba alterado.

— p-papa, por-r favor — rogo Jennie.

— esta bien — soltó un suspiro — debes tomar las pastillas, y cuando llegue a casa me explicaras que paso ¿de acuerdo? — ella asintió — por favor ten cuidado.

Jennie salió disparada hacia la salida, ubicó la limusina y se subió en esta indicandole al chófer que la llevara a casa. Al llegar ella subió rápidamente  a su habitación y se dirijio al baño, de un cajón saco una navaja y empezó a cortarse mientras lágrimas caían de sus ojos. Sabia que estaba arruinado el progreso que había tenido, pero necesitaba sentir el metal cortar su piel, era lo único que podía lograr aliviar su dolor.

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Habían pasado dos días y ni siquiera había visto a Jennie, esos días fueron una tortura para el. No saber de su estado lo traía loco y la castaña no se había comunicado con nadie.

Estaba en su habitación pensando seriamente en ir a su casa y no lo pensó dos veces para subirse a su auto e ir a su casa. Por lo menos necesitaba saber si estaba bien.

En todo el camino pensó en la forma en la que abordaría el tema, no podía llegar y preguntarle solamente, necesitaba tener tacto para decir las cosas. Todo era muy claro, ella tenía depresión. Gracias a las pastillas que hace unas semanas había buscado en internet y las cortadas que Irene dejó en evidencia.

Hablando de Irene, después se ese numerito Taehyung y ella tuvieron una acalorada discusión que terminó en que la familia Bae se fuera de la fiesta ( claro, por el capricho se su hija )

Sin haberlo notado, su auto ya se encontraba estacionado enfrente de su casa. Respiro profundamente para luego salir del auto y pararse en la puerta.

Los nervios lo carcomian por dentro, pero al final tocó encontrandoce con la misma señora de siempre, paso y tomo asiento mientras esperaba a Jennie, pero algo llamo su atención.

— ¿q-que es es-so? — pregunto temeroso de la respuesta señalando la bandeja que una empleada traía en manos.

— disculpe joven, pero eso es un confidencial — contesto apenada.

Otra empleada que estaba encargada de la cocina se acercó a la empleada que traía la bandeja.

— ¿la señorita tubo otra recaída? — susurro lo suficientemente audible, la otra empleada asintió.

La bandeja traía gazas llenas de sangre y en ese momento Taehyung empezó a pensar lo peor. Se paró y se acercó a las dos empleadas.

— por favor soy  el mejor amigo de Jennie, dígame que le pasa, por favor — hablo desesperado.

— la señorita Kim tubo una recaída — señaló la bandeja.

— jovencito ¿usted sabe que causó que la señorita recayera? Ella había tenido un gran progreso y hiba muy bien en su tratamiento por lo que se.

El pelinegro quiso llorar en ese momento. Se había cortado y por la cantidad de gazas con sangre que había en la bandeja, de seguro no fue solo una cortadita. Sintió un dolor terrible en su pecho y quiso irse de ahí y ponerse a llorar. El sabia que Jennie había tenido depresión después de la muerte de su madre pero creía que ya la había superado, pero al parecer no.

— esta en la azotea si quieres verla — el sonrio melancólico y les agradecio.

Se sabía de memoria todos los rincones de esa casa y sabia que cuando ella estaba en la azotea era porque estaba triste. Camino lento, no queriendo verla, sabia que ella iba a sonreír y fingir que todo estaba bien y eso era lo que más le dolía.

Abrio la puerta que lo conduciría a la azotea sin ante prepararse mentalmente para lo que pudiera venir. Abrio lentamente la puerta, vio la pequeña silueta de ella sentada en la orilla mirando el cielo. Traía una sudadera negra y su cabello se levantaba por la brisa.

Sd veía tan tranquila, tan serena. Nadie pensaría que esa hermosa chica tuviera una gran depresión.

— Jennie — la mencionada giro rápidamente hacia Taehyung, y como lo había imaginado tenía una leve sonrisa en su rostro.

Tienes la sonrisa más hermosa y
el alma mas rota.

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