Segundo año 11

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Me despedí de Harry y fui hacia la enfermería, la pierna había vuelto a empezar a dolerme y es mejor que la señora Pomfrey me la cure cuanto antes.
En mitad del camino me apoye contra la pared, los efectos del hechizo acababan de terminar y esta vez dolía mucho más que antes.

- Alya, ¿estás bien?- George venía por el pasillo hacia mi.

- Si, si estoy bien, solo me he dañado un poco la pierna.- este de agacho y la miro, puso una cara un poco extraña así que supuse que algo no iba bien.

- Está hinchada y morada, hay que llevarte a la enfermería en cuanto antes.- paso mi brazo por sus hombros y me agarro de la cintura ayudándome a andar. El camino hasta la enfermería fue en silencio total, estaba suficiente concentrada en no morir de dolor.


- Oh querida que haces aquí, ven siéntete en esta cama.- Madam Pomfrey se acerco a nosotros en cuanto nos vio, George me ayudo a llegar hasta allí.- Veamos como está eso.- puso una cara de susto al ver mi pierna.- Niña, esto está muy mal, tienes los huesos rotos, ¿cómo has aguantado tanto tiempo así?.- levante los hombros en respuesta a su pregunta.- Bueno, tienes suerte que regenerar huesos se me da bastante bien, ahora vengo cariño.- la señora de alejo de nosotros.

- ¿Cómo te lo has hecho?- George me pregunto aún sin apartar la pierna de mi pierna.

- Cuando bajamos a la Cámara, hubo un temblor y se me cayó una piedra encima.- hice una mueca con mi cara.

- Gracias.- lo mire extrañada.- Por salvar a mi hermana, te has puesto en peligro por ella. Gracias.

- Nos es nada, tenía que hacerlo.- le sonreí y el me devolvió el gesto.
La señora Pomfrey volvió con una poción, me la tomé y en menos de media hora mis huesos ya estaban como nuevos.

- Ten cuidado a la próxima niña, bueno ya pueden irse.- me levante de la cama con un poco de miedo de apoyar la pierna, pero es verdad, estaba como nueva.

- Voy a ir a ducharme.- avise a George.

- Esta bien, ya nos veremos.- dejo un beso en mi mejilla y se fue todo sonrojado.

Fui a los baños para poder ducharme, ya que estaba bastante sucia. Cuando acabe bajé al Gran Comedor, ya estaba casi todo el mundo sentado preparado para cenar.
Me acerqué a mi primo y me senté a su lado, echando a Crabbe de su sitio.

- Mi padre está muy enfadado contigo, y mamá también.- me dijo con algo de fastidio.

- Vamos Draco, muestra un poco más de entusiasmo estás sentado al lado de la nueva heroína de Hogwarts.- le agarre de la cabeza y lo acerqué a mi despeinado su repeinado pelo, a lo que él se separó con fastidio de mi.
Enfoque mi mira en la puerta y vi a una chica de pelo alborotado correr hacia dos Gryffindor que la recibían muy felices. Me levante de mi mesa y me dirigí hacia ellos.

- Conseguisteis resolverlo.

- No lo habríamos hecho sin ti.- la chica se giró al escucharme y fue a abrazarme con mucha efusividad.
Se separó de mi al escuchar unos pequeños ruidos hechos por la profesora Mcgonagall para llamar nuestra atención. Al escucharla fui corriendo hacia mi mesa.

- Antes de comenzar el banquete, pido un fuerte aplauso para la profesora Sprout y madame Pomfrey.- Dumbledore se levantó de su asiento para comenzar su discurso.- cuyo jugo con mandragora con tanto éxito, ha revivido a todos los que fueron petrificados.- todo el comedor se llenó de aplausos.- A la luz de los acontecimientos recientes y como detalle de la dirección quedan suspendidos todos los exámenes.- el aplauso fue aún mayor que el anterior.
Las puertas se abrieron dejando ver a Hagrid.

- Perdón por la tardanza.- todas las miradas se fijaron en él, en el resto de mesas podía verse alegría por su vuelta, en la mía era más bien todo lo contrario.- La lechuza que llevaba la orden de puesta en libertad de perdió. Un maldito pajarraco llamado Errol.- se paró al llegar donde los tres amigos Gryffindor.- Me gustaría decir que, si no hubiera sido por ti, Harry, por Ron y por Hermione, claro, aún estría donde vosotros ya sabéis y quería daros las gracias.

- También nos ayudó cierta Slytherin.- Hagrid se giró hacia mi al escuchar las palabras de Harry, me miro y me dedico una gran sonrisa.

- Hogwarts no es nada sin ti.- después de decir eso Harry abrazo al medio gigante.
Los profesores se levantaron y comenzaron a aplaudir, después todos nos pusimos en pie y les seguimos.
Crabbe fue a levantarse pero Draco lo paró, cosa que no puedo hacer conmigo ya que me deshice de su agarre.
Hagrid es un buen hombre y merecía que todos lo supieran.
Después de ese emotivo momento la cena continuó con total normalidad, pero en el ambiente se podía respirar más alegría de lo normal.
Cuando ya casi no quedaba nadie en el comedor, me acerqué a la mesa de los profesores.

- Profesor Dumbledore.- llame su atención y esté al verme hizo una seña a los profesores que aún quedaban para que nos dejasen solos.

- ¿Necesita algo señorita Black?- en ese momento las dudas sobre si contarle a Dumbledore sobre la conversación que tuve con Tom en la Cámara, sobre si es verdad lo que dijo.

- No, no es nada, solo quería darle las gracias por no exponer a mi tío.- es mejor que esto se quede en secreto por un tiempo, al menos hasta que descubra si es verdad.

- No hay de que querida, no quería empezar una guerra con una de las familias más importantes.- asenti y me separé de él.

Desde el año pasado he querido averiguar quién era mi padre, he tenido las esperanzas de que no fuese otro mortífago, y me encuentro con que no, no es un mortífago, es su líder. No voy a negar de que aún tengo esperanzas de que esto sea mentira, aunque eso explicaría por qué se hablar pársel, cabe la posibilidad que el solo sea un pariente de mi verdadero padre, si debe ser eso. Parece mentira que toda mi vida haya querido conocer la identidad de mi padre y ahora que por fin me la han dicho, este buscando excusas para no creer que es él.
Lo mejor será intentar averiguarlo por mi cuenta y no decírselo a nadie, menos a mi familia, si es que aún no lo saben, mi primo se pondría tonto y aún más prepotente de lo que actualmente es, igual que mi tío. La única de la que sospecho que si lo pueda saber es mi tía, si definitivamente le preguntaré a ella.
Llegue a mi habitación, me puse el pijama y me metí a la cama, que él sea mi padre es lo peor que me puede pasar.

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