Cuarto año 1

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Estaba en un cementerio, había una casa solitaria en él, dentro había un señor de avanzada edad, cerca de su pequeña cabaña había una gran mansión que parecía abandonada, hasta que una luz se encendió. El hombre canoso salió de la seguridad de su casa y fue hacia la gran mansión, por dentro estaba sucia y llena de telarañas, subió las escaleras hacia la habitación donde había visto aquella luz. La puerta estaba entreabierta y dentro había un hombre al que podía reconocer como, Peter Pettigrew, él parecía estar hablando con alguien pero no podía verle, hasta que le nombró "Voldemort".
Hablaban sobre que necesitaban a un chico, según Voldemort el era imprescindible, a mi mente solo vino un nombre, Harry. Otro hombre a aprecio en escena, pero a este no pude reconocerlo.
Una serpiente llamada Nagini aviso a Voldemort de la presencia de aquel anciano y acabó con su vida con un rápido, Avada Cadabra.

Me desperté bañada en sudor, todo había sido una pesadilla. Me puse mis pantuflas y bajé hacia la planta baja, aún era bastante temprano, pero me había desvelado y se que no voy a volver a dormir. Salí al jardín y fui hacia la zona de atrás, seguro que aunque alguien despertara no iría allí.
Cuando estuve sola saqué mi varita y apunté al frente.

- ¡Expectro Patronus!- de mi varita salió una potente luz que más tarde se transformarse en la serpiente gigante.
¿Él tendrá el mismo patronus que yo?

- ¿Eso es un patronus?- me gire viendo a un Draco ya vestido con su típico traje negro.- Es... es muy guay.- se acercó ilusionado a mi.

- Si bueno, no es nada del otro mundo.- finalice el hechizo, y la serpiente desapareció.

- Yo quiero intentarlo.- levantó su varita.- ¡Expectro Patronus!- no salió nada, lo estuvo intentando durante al menos una hora y no ha conseguido ningún avance.

- Debes centrarte en recuerdos felices, deben ser poderosos.- me acerque a él y apoye mi cabeza en su espalda.

- Yo... lo estoy intentando pero no me sale.- bajo la varita rendido.- ¿Tú en que piensas?

- Bueno yo...- reí un poco.- Pienso en momentos contigo, sobre todo de cuando éramos niños, eres el recuerdo que pienso para conjurar mi patronus.- se giro haciendo que quedásemos cara a cara, se abalanzó hacia mi rodeándome con sus brazos.

- Te quiero.- eso me pillo por sorpresa, los dos sabíamos que nos queríamos pero no solíamos decirlo.

- Yo también.- nos separamos.- Venga, levanta la varita, cuanto más practiques antes te saldrá.- Draco siempre había estado intentado cumplir las expectativas de mi tío, eso no le permitía disfrutar todo lo que un niño lo haría. Por mi parte yo era algo más... liberal.
Las horas pasaron y seguíamos sin conseguir nada, como máximo una pequeña chispa. - Draco voy a vestirme, otra día seguimos ¿vale?- deje un beso en su mejilla.- No te desesperes, yo aún ni me creo que me saliese a la primera.- fui hacia el interior de la mansión dejando al rubio solo. 

Subí a mi habitación y abrí el armario, toda mi ropa eran falsas y camisas, además toda negra, eso me desesperaba en cierto modo, aunque con él negro me sentía muy cómoda, deseo poder llevar pantalones y no las incómodas faldas. Agarre una falda por encima de la rodilla, una camisa con un lazo en el cuello y unas botas que me llegaban a la rodilla. Me senté en el tocador y comencé a peinar mi pelo lacio.

- Alya, ya nos vamos.- Draco interrumpió en mi habitación, asentí y fui detrás de él. En la entrada nos esperaba mi tío para ir a al mundial de quidditch.  

Llegamos al lugar donde se celebra gracias a un translador, conseguí caer de pie junto a mi tío pero mi primo no tuvo tanta suerte, reí levemente al verle caer de culo.

- Levántate rápido, no hagas más el ridículo.- mi tío lo agarro para que se pusiera en pie y sacudió su traje con cierta desgana.
Estábamos yendo hacia nuestros asientos, que por lo que tenía entendido estaban en el palco del ministerio.

- Papa, ¿estamos más arriba aún?- reconocí esa voz, Ronald.

- Plantéatelo así, si llueve seréis los primeros en saberlo.- mi tío se burló de ellos y Draco lo complementó con una risa.

- Nosotros vamos al palco del ministerio, por invitación personal del mismísimo Cornelius Fudge.- mire a los Weasley en forma de disculpa por los comentarios de mi familia.

- No alardees Draco.- su padre le dio con el bastón.- Esta de más con esta gente.- los Weasley acompañados de Harry y Hermione simplemente decidieron ignorarlos.- Qué disfrutéis el encuentro.- Lucius agarro a Potter con su bastón.- Mientras podáis. 

Después de ese pequeño altercado llegamos a nuestros asientos, venía dispuesta a disfrutar del partido, pero lo pasado hace a penas unos minutos había hecho que me hirviese la sangre. No quise intervenir porque se lo que mis tíos piensan de ellos, me costo suficiente convencer a Draco de que no dijese nada, aún seguía sin comprender como no había llegado a oídos de mis tíos mis amistades. Y estoy segura de que no lo saben, si no yo ahora estaría lejos, muy lejos.


El partido se disputaba entre Irlanda y Bulgaria, yo principalmente deseaba que Bulgaria ganase, al igual que Draco y mi tío, tenían a uno de los mejores buscadores del mundo, en mi opinión. Para nuestra desgracia el equipo ganador fue el irlandés. Nos retiramos hacia nuestra lujosa carpa.

- Chicos, salid a dar una vuelta por fuera.- el señor Malfoy miro fijamente a Draco.

- Si, padre.- agarro mi mano y me saco de la carpa.

- ¿A qué ha venido eso? Parece que se quiere deshacer de nosotros, de mi no me sorprende, pero ¿de ti?- estábamos alejados de todo el campamento. 

Se empezaron a escuchar estruendos y explosiones, en un principio pensé que eran los irlandeses de celebración, pero mi idea cambió al ver la cara de Draco de preocupación.

- ¿Qué esta pasando, Draco?- estaba un poco asustada.  

Todo comenzó a arder en llamas, toda la gente corría como loca intentado escapar del caos, mientras nosotros sólo estábamos en la lejanía observando. Hubiese querido ir a ayudar, pero el miedo me paralizaba, además no creo que fuese de mucha ayuda. Ya no quedaba casi nadie en el campamento y este estaba totalmente destruido. Un símbolo comenzó a aparecer en en el cielo, lo reconocía, la marca tenebrosa, la marca de Voldemort. Ahora entiendo porque mi tío nos mando lejos, todo esto estaba planeado.

- ¿Lo sabias?- Draco no se inmuto tras mi pregunta.- Claro que lo sabías, y por supuesto doy por hecho que te parece bien.- mire de mala gana a mi primo y me solté de su mano. 

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