Capítulo 3

278 47 5
                                    

*Francis Pov.*

Lo primero que hice al pisar tierra fue comprarme ropa e ir al mismo hotel que había estado. Decidí darme una ducha antes de salir a recorrer la isla y, mientras veía que ponerme, llamé a recepción para que se encargaran de alquilar un auto para mí. Iría a esa tienda de música. Lo cual me tenía emocionada.

Me coloqué una remera negra y una camisa a cuadros de tonos verde y rojo, un pantalón de cuero, mi celular y mi billetera en el bolsillo. Mi pelo recién lavado caía justo para iluminar mi rostro y los lentes Ray-Ban me daban ese toque sexy. «¡Dios! Me lo haría a mí misma.» Me dije, dándome una última mirada en el espejo y salí directo al ascensor.
En recepción, me dieron las llaves de mi Audi, un auto hermosísimo. Por un rato, estuve dando vueltas por la zona, admirando el lugar y anotando mentalmente que debía sacar unas cuantas fotos.

Fue llegar a la plaza, estacioné y fui directo a la tienda. Desde la ventana se podía ver la larga hilera de discos, instrumentos, personas mirando y los empleados. A lo lejos la vi, justo al lado de un piano. Su pelo rubio estaba suelto y sus ojos azules brillaban como la última vez que la vi, parecía más hermosa que antes.

 Su pelo rubio estaba suelto y sus ojos azules brillaban como la última vez que la vi, parecía más hermosa que antes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Le enseñaba a una señora el instrumento, por lo que supuse que estaría tratando de venderlo. Al entrar, fingí ser un cliente más y me acerqué a los discos. Vi el de mi banda y sonreí, me alejé y me acerqué a los bajos. Todos hermosos, mi instrumento favorito. Miré disimuladamente a Elise y estaba explicándole algo a la señora.

—No se preocupe, señora. —Le explicó—. Con la compra del instrumento tiene un mes de clases gratis. Y no importa la edad, soy la profesora de piano.

—¿Puede enseñarle a un niño de 9?

—Claro, es la edad perfecta para empezar. Puedo anotarle los horarios en una hoja.

Alguien me tocó el hombro y me giré para ver a un muchacho con un disco de Hearbreakers recién comprado y un marcador en la mano.

—Disculpa, Francis. ¿Me puedes autografiar el disco?

—¡Por supuesto! ¿Cómo te llamas? —Le pregunté.

Vi como desde el otro lado de la tienda, Elise se giraba para verme realmente sorprendida.

—Me llamo Liam.

—Un gusto haberte conocido Liam. —Dije mientras terminaba de firmar—. Y gracias por comprar el disco.

—Gracias por firmarlo, soy fanático tuyo. ¿Puedo molestarte con una foto?

Tomó su celular y sacó la imagen. Se fue y me encontré con la mirada de la persona que estaba buscando. La señora siguió a un joven que le estaba haciendo la boleta, Elise había logrado venderle ese piano. La vi acercarse con lentitud y le sonreí, quitándome los lentes.

—Hola, Elise.

—Hola, Francis. No puedo creer que recuerdes mi nombre.

—Eres alguien difícil de olvidar.

Heartbreakers (Original Story)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora