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ERES PERFECTO
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ERES PERFECTO ▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂▂

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— ¿Vas a comer más, Benjamin?

Ben apartó la vista de su plato de comida al escuchar la voz de su madre y cuando la vio, noto la sonrisa falsa que le dirigía denotando la clara ironía de la pregunta donde era más que obvia lo que en realidad era una orden.

— No — Murmuró bajando la cabeza al mismo tiempo que apartaba el plato.

En ese momento, el castaño se dio cuenta del porqué su madre le decía aquello. Adelante de él se encontraban cuatro platos vacíos y ni siquiera se dio cuenta de cuando había comido tanto, de repente unas inmensas náuseas lo invadieron junto al arrepentimiento de no haber podido controlar la ansiedad y miedo que lo había estado invadiendo todo el día desde lo sucedido en la escuela.

— Creó que ya habíamos hablado de esto, ¿No es así? — Arlene negó con su cabeza viendo a su hijo con reprobación — ¿Cómo quieres que no te molesten si sigues estando en ese estado físico?

— Lo siento, mamá — Susurro el chico sintiendo como las lágrimas se empezaban a acomular en sus ojos — Yo sólo...

— No más excusas, Benjamin — Lo interrumpió la mujer con voz fuerte y demandante antes de darle una última mirada de decepción al adolescente e irse del comedor dejándolo sólo.

Las lágrimas no tardaron en aparecer en cuanto la mujer se fue y es que, Ben no podía odiarla o decir que ella no tenía la razón. En realidad, pensaba que todo lo que ella le decía era por su bien pero por más que se esforzara en comer bien o hacer ejercicio tal y como su madre y los doctores le recomendaban, al final del día terminaba por volver a caer en su pequeño problema de ansiedad.

Ya habían transcurrido casi dos semanas desde el día de la pelea con el resto de perdedores y aún que, Ben ya estaba acostumbrado a estar sólo y sin amigos, tenía que admitir que desde lo ocurrido se sentía aún más sólo de lo normal. Es como si se hubiera marcado un antes y un después en su vida que lo divide el día que conoció a los chicos pero ahora que ya no esta con ellos se siente completamente vacío.

Y eso en cierta manera le afectaba más al chico, no paraba de comer en ningún momento y estaba totalmente seguro de que incluso, había aumentado de peso considerablemente. Estaba consciente de ello por lo que, en un vano intento de distraerse y salir de su casa, había decidido colarse a una de las clases de la escuela de verano del resto de chicos que tenían malas calificaciones.

Pero nunca espero encontrarse con que Eso estaría esperándolo ahí.

Si, logró escapar con mucha suerte pero el miedo seguía impregnado en todo su sistema por lo que al llegar a su casa a la hora del almuerzo, no se dio cuenta de todo lo que había comido hasta que su madre le dijo esas palabras.

(𝟏) 𝐒𝐄𝐌𝐏𝐈𝐓𝐄𝐑𝐍𝐎 | it chapter one.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora