Capítulo 4.

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Cuando Dipper llegó a la cabaña al anochecer, dos alfas se acercaron para llenarlo de preguntas.

-¿Dónde estabas?

-¿Con quién estabas?

-¿Estás bien?

-¿Comiste?

-En el bosque, con nadie, sí estoy bien, y sí, ya comí- contestó el castaño en orden, completamente tranquilo.

-Tardaste mucho en regresar, estaban preocupados- explicó su hermana que subía la escalera con un pote de helado en mano.

-¿Tu no?- preguntó, ya que la veía muy despreocupada.

-Si no volvías para antes de las 12, sí me hubiera preocupado, pero estás bien- contestó comiendo una cucharada de helado.

Helado de limón.

Cuando ambos adultos se aseguraron de que su sobrino estaba bien, lo dejaron subir a su habitación. Se preparaba para acostarse cuando unos golpes en la puerta llamaron su atención.

-Pase- dijo sentándose en la cama.

-¿Puedo preguntarte algo?- Mabel entró y cerró la puerta detrás de ella.

-Claro, ¿qué sucede?

-¿Te has sentido... extraño?- sentó a su lado y lo miró atentamente.

-¿Extraño... cómo?- Dipper se puso a la defensiva.

-Dipper, nunca usas pantalones largos en verano, y esa chaqueta jamás te la habías puesto porque decías que te incomodaba ¿estás bien?- luego de confesar sus inseguridades y ver que su hermano desviaba la mirada, se sintió más tranquila al haber acertado para poder ayudarlo.

-La verdad... es que creo que mi presentación está cerca- confesó el menor sin mirarla.

-Ya entiendo, tu primer ciclo se acerca y con ella la madurez definitiva- murmuró la castaña. Se acercó más a él y puso una mano en su hombro en señal de apoyo- ¿cómo te sientes? ¿Crees que sea muy pronto? Debemos advertirles a los tíos y a Wendy.

-Me siento... con calor... y... raro, no lo sé- recargó su cabeza en el hombro de su hermana- creo que puede suceder pronto... ahora me siento peor que en la mañana.

-De acuerdo, hablaré con los tíos, no te preocupes- besó su frente y lo abrazó más para sí.

Durmieron juntos esa noche. Mabel sabía que su hermano la necesitaba.

○●○●

Mabel se encontraba haciendo las compras necesarias para el primer celo de Dipper, y de paso comprando supresores para ella.

Salió de la tienda con varias bolsas, ya que había comprado varias mantas para hacerle un pequeño nido a su hermano.

-¿Necesitas ayuda?

Casi se le caen las bolsas del susto. Volteó a ver a la rubia que había conocido el día anterior.

-Ho-hola- sualudó, y su omega tembló cuando Pacífica se acercó a ella con una sonrisa.

-Hola- contestó con voz suave.

-¿Qué te trae por aquí?- preguntó, mientras cedía a los pedidos de su omega y se acercaba disimuladamente a la alfa.

-No lo sé- se encogió de hombros- si te soy sincera... creo que mi alfa quería verte.

<¡Quería verme!> chilló su omega, y ella no pudo evitar sonreír.

Pacífica la invitó a dar un paseo, y ella aceptó con gusto, obviamente. Ambas tenían la ligera sospecha de por qué querían estar cerca de la otra, pero no querían confirmar nada.

Destinados (BillDip) [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora