Siete

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Entre entrenamiento de boxeo y trabajo en la tienda Samuel no tenía mucho tiempo para pasarlo con Carla, Teo le dio un fin de semana libre porque se dio cuenta de que muchacho no  va poder llegar a tiempo, además Carla llevaba todo el día a casa. Por eso Teo utilizo el momento para hablar con ella y averiguar cómo se está llevando con Samuel.

El hombre no tenía ni más mínima idea de lo que sucede entre su hija, la heredera de toda su fortuna y el chico que contrato que la defienda y sigue por todas las partes. Carla siempre ha sido su consentida, el siempre ha deseado tener más hijos pero Beatriz no estaba de acuerdo con eso. Por esa misma razón él se preocupa por su hija, no quiere que nada le falte en la vida, absolutamente nada aunque a veces tiene que ser estricto con ella.

-¿Hoy no piensas salir, verdad? – pregunta Teo mientras desayunaban

-Creo que no. – responde

-¿Y Samuel?

-¿Qué?

Carla le mira con ojos bien abiertos, pensó que su padre por fin descubrió lo de su ''relación'' con ese chico con pelo castaño y ojos marrones que la vuelve loca de repente.

Tanto se negaba a su cercanía y el trabajo que tenía que hacer pero ahora siente como si no puede vivir sin él, le hace muy feliz aunque aún tiene miedo de hacer esa relación más oficial.

-¿Te llevas bien con él?

-Eh... si. – responde, tomando un poco de sorbió del jugo de naranja que tiene en frente

-Pensé que no lo soportabas. – comenta Beatriz

Carla trato disimularlo todo, como siempre, fue una experta en eso.

-Tu misma me ensenaste que no debía mezclar lo privado con laboral. Samuel es un buen chico, no debí haberlo juzgado de esa manera.

-Ya sabía que tú ibas recapacitar, hija. – dice Teo, dándole un beso en la cabeza

Se levanta de la mesa, tenía que prepararse para irse al trabajo, dejo a Carla sola con Beatriz quien no deja de mirarla con mirada sospechosa, como cualquier madre conocía a su hija.

-Te veo bastante contenta últimamente. – dice su madre

-Tengo 20 años, necesito estar feliz.

-Esto es diferente.

-Mama, por favor, no me agobias.

-¿Ahora te estoy agobiando? – cuestiona incrédula

-No...

El timbre de móvil de Carla detiene esa conversación, ella lo toma y lee el mensaje que Samuel acaba de mandarle.

SAMUEL: HOLA, PRECIOSA. ¿QUE TAL HAS DORMIDO? ANOCHE SONE CONTIGO, TENGO MUCHAS GANAS DE VOLVER A VERTE.

Carla queda leyendo mensaje una y otra vez, ese chico la hacía sentirse muy feliz y segura, no dejaba de sonreírse como tonta.

-¿Quién eso? – pregunta Beatriz

Carla vuelve a realidad, apaga el móvil.

-Una amiga.

-¿Por eso te sonríes tanto?

-¿Qué clase de problema tienes conmigo? ¿Acaso no puedo sonreírme o qué?

Beatriz suspira profundamente, no entendía su hija, sabía que le oculta algo, no sabía nada de lo que pasa por su cabeza, cada vez que sale de casa no tiene idea a donde va o con quien o que hace.

-Yo se que nuestra relación no es tan cercana como la tuya con Teo pero...

-¿Pero qué? ¿Es ahora que te das cuenta que tienes una hija?

Wicked gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora