Quince

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Una semana después...

Samuel por fin decidió volver a la universidad, después de pasar varios días encerrado en su habitación decidió que llego el momento para dejar de huir. Su madre estaba preocupada por su estado, no lo veía nada bien, no tenia ánimo para nada, ni siquiera ha hablado con Polo desde esa noche, suponía que él sigue enojado.

Polo solamente quería darle su espacio para pensar sobre qué hacer, entendía que todo lo que dijo fue resulto de borrachera en combinación con tristeza y frustración.

-¿Quieres comer algo antes de irte? – cuestiona su madre

Samuel la mira pero niega con cabeza.

-No tengo hambre.

Estaba a punto de salir de casa cuando su madre lo detuvo.

-Espera un momento...

-Voy a llegar tarde.

-¿Cómo estás?

-Bien.

Su madre no era tonta, lo conocía muy bien, sabía que no se encuentra nada bien, no sabía la razón de su ruptura con Carla, tampoco quería molestarle con sus preguntas.

-¿Quieres preguntarme algo mas o qué?

-Tu padre te necesita en la tienda en cuanto regresas de la universidad.

-Vale.

-¿Estarás libre?

-¡Que si!

-Está bien, vete ahora, nos vemos luego.

Samuel no quería gritarle ni mucho menos hacerle sentirse así, todo fue resulto de lo que paso hace una semana.

Su madre camina hacia cocina para ordenar algunas cosas que quedaron, Samuel se acerca a ella.

-Mama, perdóname, no quise ponerme así.

-No te preocupes.

-¿No estás enojada conmigo?

-¿Cómo podría estar enojada, cariño? No te preocupes de nada, vales más de lo que tú crees, no te olvides de eso.

Esas palabras quedas clavadas en su mente aunque lo que Carla le hico logra ser más fuerte que cualquier consejo de su familia o amigos.

Se fue a la universidad y allí se encontró con una desagradable sorpresa, lo primero que vio al entrar en la aula fue a Carla sentada por la mesa, quería ignorarla pero lamentablemente no tenia donde sentarse.

-Joder... - suspira

Al fin sienta a su lado, ella empieza hablarle ya que primero pensó que fue Lu.

-Por fin llegas... - da vuelta y queda callada y paralizada al ver a Samuel

-No tengo donde sentarme – responde sin mirarla

-Tranquilo.

Llega un entero minuto de silencio entre ambos, Carla quiere decirle muchas cosas pero no se atreve, había tenido todo el discurso preparado para cuando vuelve enfrentarlo pero las palabras no salen de su boca.

Samuel por su parte no quiere hablar, quiere ignorarla pero hay algo por dentro que le hace estar enojado y querer discutir con ella.

-¿Dónde estabas toda la semana? – cuestiona al mirarlo

Samuel fue buen educado, no podía quedar callado cuando una persona le está hablando aun esa persona sea Carla.

-Estaba ocupado.

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