Cuatro

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Samuel regreso a casa muy temprano, perdió sensación del tiempo, cada vez que se encontraba con Carla ya no sabía ni qué hora es ni que día. Pero cuando entro en casa se encontró con su padre enojado, su madre ya se fue a dormir porque tendría que levantar temprano para irse a la tienda.

-Hola. – le saluda Samuel al dejar su llave en la mesa

-¿Es todo lo que tienes que decirme? – pregunta con voz fría

-Eh... ¿puedo ir a dormir? – cuestiona haciéndose el tonto

Samuel ya estaba harto de comportamiento estricto de su padre, el no fue chico malo, lo tenía todo bajo control y él se comportaba de esa manera tan controladora.

-No vas a irte a ningún lugar hasta que hablemos. – le deja claro

A Samuel no le queda de otra, los dos sientan por la mesa.

-Yo se que tu y yo no habíamos tenido la mejor relación pero eres mi hijo, mi único hijo, quiero saber que te está pasando. Te vas de la tienda y regresas tan temprano, ¿Dónde estabas?

-¿Y este interrogatorio de donde viene? – responde con una pregunta

-Samuel, no me provoques.

-Ya te dije que necesito este trabajo, aunque eso significa que tengo que estar allí cuando me necesitan. No entiendo que manía tienes con esa gente, ni siquiera los conoces.

-Así que estabas en... esa casa.

-Quiero dormir. – dice, levantándose de la mesa

-¡No hemos terminado de hablar! – le grita

-No puedo hablar contigo cuando te pones así.

-Muy bien... vete pero uno de estos días vamos a llevar una conversación seria, espero que lo tengas claro, jovencito.

Samuel da vuelta, entrando en habitación, golpeando las puertas muy fuerte, por un momento olvido que su madre estaba dormida, no quería despertarla.

-Imbécil...

Samuel de pronto sintió ganas de golpear algo, ya estaba harto de que todos le digan lo que debía hacer o como, aun no podía vivir la vida que él quisiera por sentir presión por parte de su padre que tiene diferentes formas de ver las cosas.

Lo que mas quería en ese momento fue hablar con Carla aunque eso parecía raro, hace días quería alejarse de ella y ahora quería tenerla cerca, ese comportamiento de la rubia le confundió un poco, un día es cariñosa y otro día demasiado provocativa.

Aun no podía leer sus pensamientos claramente y eso le molestaba.

***

El siguiente día Samuel y Carla se encontraban en el camino hacia universidad, ese camino paso en un silencio que no paso desapercibido por parte de Carla. Ella no dejaba de mirarlo, analizarlo o al menos tratarlo.

-¿Todo bien? – pregunta Carla

-¿Qué? – dice Samuel

Es evidente que su mente anda en otra parte, aun se siente bastante nervioso por todo lo que sucedió con su padre, no le deja tranquilo y eso le hace sentirse tan estresado.

-Vas demasiado silencioso.

-Ya, pues como siempre.

-Algo es diferente.

-Problemas con mi padre.

-¿Se enojo por algo?

-Como ya dije, es un asunto con mi padre, no te metas.

Wicked gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora