Catorce

406 29 6
                                    

En cuanto entro en su casa lo primero que Carla hico fue encerrarse en su habitación, acostarse en la cama y llorar fuertemente, sintió como alguien la mato, tomaron un parte de su alma y ahora nunca va poder ser la misma, nunca más va poder amar con misma intensidad como lo hico con Samuel.

Pronto oigo alguien tocar sus puertas, ni siquiera le importo quien era o que quería, si era su madre o su padre o quizás algún empleado. Nada le importaba, ahora que tiene su corazón roto nada tiene importancia...

-¿Carla?

Oye su madre llamándola pero no responde a esas llamadas sino sigue llorando, casi ni puede respirar.

Por suerte no encierro puertas con llave, su madre entro al no oír ninguna respuesta, corrió a su lado al verla acostada en cama, llorando.

-¡Carla!

-Déjame en paz... - dice entre llantos

-Carla, mi amor... - dice preocupada

Por primera vez se preocupa verdaderamente por ella, en esos últimos días llego entender que no va poder ser dueña de su vida, no puede decirle que debía hacer o como hacerlo, al fin Carla es mayor de edad y tiene todo el derecho a hacer todo lo que ella quiere aunque eso sea estar con Samuel.

-Dime que paso, por favor.

Beatriz siento en la cama, abrazándola, la tenía entre sus brazos, la última vez que eso paso fue cuando Carla tenía 12 años y descubrió que Santa Claus no existe aunque sigue teniendo sus dudas.

-Me duele el corazón – suspira Carla

-Shh...

-¡Me duele tanto!

-¿Qué fue lo que paso?

Carla va calmándose un poco, se sintió más tranquila con Beatriz a su lado.

-Samuel me va odiar para siempre.

-¿Qué paso, Carla? – pregunta preocupada

Carla se aparta de ella, Beatriz derrama las lágrimas de su cara con sus manos, le dolió mucho ver a su hija en ese estado.

-Hice algo mal... cometí un error y hemos cortado, ya no estamos juntos cuando lo único que quiero es estar con él.

-¿Qué hiciste?

-No puedo decírtelo.

-Déjame decirte una cosa... - empieza decir al tumbarse en la cama al lado de Carla - ... si de verdad te ama tanto entonces volverá.

-¿Cómo estas tan segura?

-Los hombres son así.

-Le hice mucho daño, sabia como iba terminar todo y no hice nada para cambiar las cosas.

Beatriz vuelve abrazarla, le da mucha seguridad hasta que al fin logra dormir un poco, no soportaba verle en ese estado, se veía tan frágil y dolida.

Mientras Carla quedaba dormida entre brazos de su madre, Samuel disfrutaba de compañía de Polo quien ni siquiera sabía lo que paso hasta que vino a verlo, le traigo unas cervezas como el castaño se lo pidió.

-Gracias – dice al empezar beber

-¿Cuándo volverán tus padres?

-No te preocupes, toma una cerveza.

Samuel estaba bebiendo más rápido, no le importa nada, si ahora está sin Carla sería capaz de beber o destruirse por completo, sin ella nada tenía sentido, absolutamente nada.

-¿Y Carla?

-Ella puede irse a la mierda si quiere – responde de un golpe

Fue una respuesta que causo su ira y cerveza que estaba entrando en su sistema.

-Es una...

Ni siquiera sabía que quería decir, estaba frustrado, lleno de rabia, seguía enojado con ella pero en el fondo sus sentimientos siguen igual.

-Me ha engañado, lleva haciéndolo todo este tiempo porque cree que soy un idiota de quien pueden reírse si quieren, sigue siendo ese tonto Samuel – responde entre risas sarcásticas

-¿Vas a decirme que ocurrió?

-Quiero olvidarla – dice al abrir otra cerveza

La noche paso entre esas cervezas y rabia que Samuel seguía sintiendo, cuando termino con cervezas abrió una botella del vino que tenia aunque Polo quería detenerlo pero no lograba. Samuel fue tan fuerte y decidido que no podría hacer nada para detenerlo si busca usar bebida para olvidarse de ese día.

Mañana cuando despierta se dará cuenta que el problema sigue en mismo lugar...

-Creo que has bebido bastante – dice Polo

-Si vas a reclamarme por beber puedes irte de aquí, no te necesito.

-Samuel, así no se resuelvan los problemas.

-¿Quién dice que quiero resolverlos?

Polo se ponía frustrado, el comportamiento de castaño lo enojaba bastante.

-Yo nada mas digo...

-¿Tu qué? No tengo ni puta idea que hacer aquí, ni siquiera somos amigos – dice sin querer

-A, ¿no somos amigos? – cuestiona

-¡No, no lo somos! – grita al levantarse

Polo no le hacía el caso, sabía que ya estaba borracho, dentro de él se encontraron muchos sentimientos mezclados, en ese estado diría cualquier cosa.

Samuel bebe una copa de vino, mira la copa, luego mira hacia delante en la pared, siente tanta rabia que necesitaba golpear alguien o algo, en ese momento no pensaba claramente, solamente tiraba esa copa en la pared, rompiéndola. Cuando quería tomar una cosa más para seguir ese camino Polo lo toma por los brazos tranquilizándole, no le importo que le gritara ni que decía que no son amigos, ahora se encontraba allí y tendría que ayudarle para no causar más problemas con su familia.

-¡Suéltame!

-Vas a calmarte ahora mismo, ducharte e irte a la cama, yo me encargare de todo esto.

-¡Vete a tu puta casa y déjame beber!

-No estás en condiciones de hacer nada, métetelo en cabeza. Ella te quiere, tu a ella también, lo que estás haciendo ahora es inútil, tienes que recapacitar y no puedes mientras estas borracho.

-¿Ella me quiere? Ella no me quiere, Polo... me hico creer en eso y ahora estoy sufriendo, ella debe estar feliz.

-¿Te estás escuchando? Lo único que ves es lo que ella te hico, no seas idiota o la perderás para siempre. Recuerda cada momento que compartiste con ella, eso fue real, no existe ni una sola posibilidad de que se podría fingir. Ahora quiero que te vayas a ducharte, yo me encargare de todo esto que hiciste.

Las palabras de Polo por fin entrar en su cerebro aunque mañana ya ni se acordara de todo lo que hico o lo que dijo, el destino parecía querer tenerlos juntos, por el resto del curso va tener que seguir viéndola o cruzándose con ella en pasillos de la universidad, ignorarla y hacer a si mismo creer que lo que tenían no fue real no va poder seguir siendo opción.

Wicked gameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora