Leyendo "Los mellizos Potter y la piedra filosofal"

Ojos avellana

–¡Corre como el viento Harry!–Gritó Emily mientras reía.

–Me gustaría decir que ya se que día es pero en realidad digo eso todo el tiempo.–Se quejó Emily.

Harry rió.

–Es cierto.–Aceptó Harry.–Me tratas como un caballo.

El chico hizo un puchero.

Emily rió.

–Es porque te quiero.–Le dijo ella sonriéndole.–...y porque es mi parte favorita de ir al súper.

–Concuerdo.–Dijo Harry riendo.

Extrañaba aquellas tonterías que solía hacer con Emily; tan simples pero que atesoraba profundamente.

Harry corrió con más fuerza, después subió sus pies al tubo del carro del supermercado.

Harry también rió. Iban a toda velocidad a través del supermercado, Emily dentro del carro y Harry sobre uno de los tubos que había en el carrito. Ambos gritaron con entusiasmo llamando la atención de los demás adultos que rodaron los ojos con molestia al ver la inmadurez de los niños.

Harry y Emily abrieron la boca con indignación.

–¡Nos dijeron inmaduros!–Se quejó Harry haciendo una mueca.

–Ellos que saben.–Dijo Emily.–Esa fue la mejor parte de mi infancia.

–Tienes razón.–Dijo Harry riendo.

Habían hecho aquello desde que tenían cinco o seis años.

Cuando divisaron a Sirius, Harry saltó del tubo y cayó en el suelo deteniendo el carrito.

–Amo el supermercado.–Dijo Harry sonriente.

–Te apoyo, ¿por qué no venimos más seguido?–Preguntó Emily con alegría.

–Porque suelen corrernos de los supermercados.–Explicó Sirius mientras leía la parte trasera de bolsa de pasta.

–¿Por qué los corrían?–Preguntó James con interés.

–Porque corrían por todo el súper en el carrito y aveces chocaban con anaqueles y tiraban cosas.–Explicó Sirius.

–Aveces también chocábamos con personas.–Completó Harry.

Lily los miró con sorpresa y negó con la cabeza.

–¿De cuantos supermercados los vetaron?

Harry, Emily y Sirius se miraron.

–Uno.

–Tres.

–Ninguno.

Los tres se miraron al decir respuestas diferentes y rieron.

–Será un misterio.–Dijo Harry con rapidez.