Nicolás Flamel

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Días después habían salido, durante la noche, a buscar información de Nicolás Flamel en la sección prohibida de la biblioteca pero no tuvieron éxito, era como si Flamel insistiera en mantenerse oculto.

Dumbledore, para el alivio de todos, había convencido a Harry de no volver a buscar el espejo de nuevo. Los mellizos deseaban poder olvidar lo que habían visto en el espejo, pero no pudieron. Comenzaron a tener pesadillas. Una y otra vez soñaban que sus padres desaparecían en un rayo de luz verde mientras una voz aguda reía.

Harry y Emily hicieron una mueca. Lo recordaban, demasiado vivido para su gusto.

El día en que sus padres murieron. El día en que su vida, su alma y su cuerpo fueron marcados...literalmente.

Sirius se mordió el interior de la mejilla. Lo único que había rezado para ellos, que no recordaran el suceso, pero si lo hacían.

–Joder...–Murmuró.

Emily había dicho que era una maldición del espejo tratando de comerse su alma pero a Harry no le había parecido para nada divertido.

Muchos rieron y algunos otros rodaron los ojos.

–No aprecian mi humor–Se quejó ella haciendo un puchero.

Ya casi habían abandonado la esperanza de descubrir a Flamel en un libro de la biblioteca, aunque Harry y Emily estaban seguros de haber leído el nombre en algún lado. Cuando empezaron las clases, volvieron a buscar en los libros durante diez minutos durante los recreos. Harry tenía menos tiempo que ellos, porque los entrenamientos de quidditch habían comenzado también.

Wood los hacia trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo. Los Weasley se quejaban de que Wood se había convertido en un fanático, pero Harry estaba de acuerdo con Wood.

–¡Espera!–Gritaron ambos–¿Qué?

–Merlin–Dijo Fred fingiendo lamentarse–Ese va a ser mi futuro cuñado.

Emily rió.

–Sabes... cuando yo era parte del equipo también pensaba lo mismo–Le dijo ella para hacerlo molestar.

–Desgracia–Murmuró él–Espera... tú nunca estuviste en el equipo.

Ella rió recordando aquellos momentos. Fueron una locura.

–Fue en el año prohibido–Se explicó.

–Ahhhh–Dijo él–Me hubiera encantado verte jugando.

Y su novio hizo un pequeño puchero que provocó que Emily le diera un beso.

Si ganaban el próximo partido contra Hufflepuff, podrían alcanzar a Slytherin en el campeonato de las casas, por primera vez en siete años.

–¡Si se puede!–Gritaron los Gryffindor apasionados del quidditch.

Además de que deseaba ganar; Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba cansado por el ejercicio.

Entonces, durante un entrenamiento en un día especialmente húmedo y lleno de barro, Wood les dio una mala noticia. Se había enfadado mucho con los Weasley, que se tiraban en picado y fingían caerse de las escobas.

Molly negó con la cabeza con desaprobación.

—¡Déjense de hacer tonterías! —gritó—. ¡Esas son exactamente las cosas que nos harán perder el partido! ¡Esta vez el árbitro será Snape, y buscará cualquier excusa para quitar puntos a Gryffindor!

Leyendo "Los mellizos Potter y la piedra filosofal"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora