As the world falls down [GoodOmens]

The city of love and glory.

El viaje a parís había sido una experiencia nueva para Aziraphale.

Después de dos días en coche llegaron a Dover, ahí abordaron un barco para cruzar el canal de la manga, al que erróneamente los británicos llamaban canal de la mancha. Cuando pisaron Calais el sol ya se ocultaba en el horizonte, y todavía quedaban algunas horas de viaje en coche.

Cuando finalmente llegaron a París, el ángel aprecio con alivio las tierras pacíficas que una vez fueron azotadas por la sangre de una revolución. Después de más de una década, París había recuperado su gloria, y lo único que podía recordarle aquella época oscura, eran los monumentos que se habían construido en nombre de la paz.

Pronto se encontraron transitando a través del río Sena, hasta que se detuvieron en la entrada del hotel Crillon, una de las joyas que se le habían arrebatado a la antigua monarquía. Por fuera, la fachada era similar a la de un templó griego, con sus característicos pilares en la entrada, y una fuente rodeada de esculturas que representaban a los dioses creados por el hombre. Aziraphale tuvo algunos recuerdos nostálgicos de la antigua Grecia, pero todo cambio abruptamente después de entrar. El lujo en las decoraciones mantenía la esencia de la monarquía francesa, solo la recepción tenía el tamaño de un gran comedor, con varios asientos hermosos para descansar, los muros eran de mármol, y en las esquinas había esculturas con los mejores diseños de la era romántica, y brillaban como si fueran de oro. Era encantador, mágico en otra perspectiva, pero no podía dejar de pensar que tal vez era demasiado.

- H-hu... Crowley... No creo que...

- ¡Bonjour, messieurs!- Un hombre de mediana edad los saludo jovialmente desde el mostrador. Crowley se aproximo rápidamente, y Aziraphale lo siguió de cerca.- Bienvenue à l'hôtel Crillon. Comment puis-je vous aider?

El ángel escucho cada palabra, y comprendió lo que el hombre preguntaba tan amablemente, pero no tenía la facilidad para responder.

- A-amm... - Miró a Crowley de reojo, mientras jugaba con el encaje de sus mangas.- Estoy desentrenado con el francés...

- Creí que los principados conocían todos los lenguajes del mundo. – Crowley lo miro, y aun a través de sus lentes oscuros, sintió su mirada burlona.

- La última vez que estuve aquí, los humanos no estaban demasiado interesados en hablar.- Recordó con algo de incomodidad.

- ¿Messieurs? – El hombre los miraba curiosamente, y también un poco impaciente.

- De acuerdo, déjamelo a mí...- Crowley se aclaro la garganta, y se dirigió hasta el mostrador.- Bonjour. Mon ange et moi venons de rejoindre nos vies dans un mariage joyeux.

- ¡Félicitations!

- Merci, merci. – Crowley tarareó. Apoyándose ociosamente sobre el mostrador.- Nous voulons donc la meilleure chambre dont vous disposez et tous les services.- Se detuvo un momento, y dio una mirada larga y profunda a Aziraphale, quien todavía presenciaba aquello con gran asombro.- Seulement le meilleur pour mon ange.