Capítulo 6: UN MAL CLICHÉ.

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Capítulo 6: Un mal cliché.

Anoche pasaron unas incómodas y extrañas escenas.

Después del incidente en la cocina – Que era cómo lo estaba llamando – decidí tomar una larga ducha para desestresarme un poco, y justo estaba saliendo cuando tocaron mi puerta.

Era Clara.

Clara con un sándwich con apariencia de 5 estrellas, elaborado con pulcritud, relleno con una carne y aderezos, que me hacían la boca agua de sólo olerlo.

Creí que me pasaría el plato y se iría. Por el contrario, ella pasó a mi habitación, y cerró la puerta a su espalda.

Y recuerdo la sorpresa que eso me causo...

– ¿Te dije que podías pasar a mi habitación? – Le enarqué una ceja.

– Necesitamos hablar, sólo tú y yo – Sentenció.

– Creí que todo había quedado muy claro en la cocina, dulzura – Me cruce de brazos, acomodando mi toalla en el proceso.

– Corta el rollo ¿Quieres? – Clara parecía cansada, y aunque seguía a la defensiva, decidí escuchar lo que tenía por decir.

Me senté en la orilla de mi cama, esperando su discurso.

– Lo siento.

Bueno, eso no lo vi venir.

– ¿Por qué? – Me fue inevitable preguntar.

– Lamento lo que dije acerca de ti. No te conozco lo suficiente para proferir juicio en tu contra. Lo que he visto de ti, es lo que me has permitido ver, y eso no alcanza para ponerte en ninguna categoría, así que lo siento. – Parecía sincera.

Por un momento me dejo muda.

No esperaba este tipo de conversación madura, sobre todo, considerando que irrumpió en mi habitación sin mi permiso.

– Bueno Clarita, por un momento me dejaste sin respuesta rápida, y eso sí que es un milagro. – Sonreí, por primera vez para ella, con honestidad.

– Más tarde voy a restregártelo en la cara, no lo dudes. – Me devolvió la sonrisa.

Me hizo una seña silenciosa con el mentón, pidiendo permiso para sentarse a mi lado, o eso es lo que asumí.

– Adelante, mejor tenerte a mi alcance. Y si me provoca arrancarte el pelo, estarás a una mano de distancia. – Bromeé y ella se rio.

Y casi parecía sorprendida de reírse conmigo.

– No lamento ser tan odiosa, por cierto. Aunque si lamento hacerte llorar – Intente disculparme también, sabiendo que ambas habíamos hablado de más.

Esa fue una terrible no disculpa Lia.

– Das asco pidiendo perdón Wendy... – Arrugó el entrecejo, como buscando las palabras que diría a continuación – ¿Puedo llamarte Lia? De verdad, verdad, no quiero llamarte Wendy.

Eso me dejó algo confundida, pero solo me encogí de hombros restándole importancia.

– Bueno, mi nombre es Liana, así que no hay problema – Todavía confundida, la miré con atención, notando su conflicto interno – ¿Qué es lo que quieres decirme en realidad Clara?

Me miró con conocimiento, luego asintió, pareciendo decidida.

– Jake es... el mejor de los tipos. Es de esos chicos que parecen falsos, porque en apariencia se ven muy perfectos, pero él es real Lia. No le tiene miedo a sus sentimientos ni a sentir, le da su amor a quién siente dárselo, de forma libre, y ama con fuerza. Y su amor es del tipo desprendido... casi demasiado – Susurró lo último.

La línea que nos une (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora