Capítulo 12: DOBLEMENTE CONQUISTADOR.

6 5 2
                                    

Capítulo 12: Doblemente conquistador.

— Muy rico todo, pero, quizá deberíamos regresar al apartamento ¿No crees?

— Creo que..., no estoy listo para regresar todavía.

— Acabas de decir que en unos minutos estarías hablando con Selena ¿Cómo piensas hacerlo, sin regresar al departamento? Ya comimos nuestro pastel, y bebimos nuestro café, hora de regresar.

— Solo por si lo has olvidado, existen los teléfonos.

— No lo he olvidado, créeme.

Justo ahora, el mío estaba en modo avión.

— ¿Qué tal sí nos quedamos otro rato? Todavía no le hemos echado una ojeada a los libros. Además, dentro de media hora, comienza la noche de micrófono abierto. Es genial, nunca sabes quién se presentará, o qué hará. Tengo el presentimiento de que te gustará — Sonrió —, ¿Qué dices?

— Tentador Jake, muy tentador, pero mi hermana está de visita y lo prudente sería regresar con ella. Ahora.

— Dato importante sobre mí: no soy del todo prudente.

No me digas.

— De hecho, hay quienes afirman que soy demasiado imprudente para mi propio bien. — Rodó los ojos — También que soy un tonto inocente, que cree que todos son buenos. Pero eso no es así, no del todo.

— Ni siquiera te conozco, y creo que es así. Es como si vieras unicornios y arcoíris a tu alrededor, en lugar de la basura que vemos el resto.

— ¿Se supone que es un cumplido?

— Es un cumplido. — Asentí — Dato importante sobre mí: Por norma general, tiendo a alejarme de ese positivismo, creo que raya en lo odioso.

— ¿Entonces eres una cínica amargada a la que puedo caerle mal? — Sonrió con duda.

— Se podría decir. — Él se me quedó viendo fijamente.

No me evalúes, no vas a encontrar lo que buscas.

Negó imperceptiblemente, como respondiendo a mi pensamiento, pero eso era imposible.

— Ni siquiera te conozco, y no creo que sea así. — Fue lo que respondió.

— Eso es porque sigues viendo unicornios cagar brillantina por todos lados.

— Es brillantina rosa, así que no me molesta.

— Que bobo eres. — Pero igual sonreí.

— Y tú que linda. Eres como el grinch, ¿Sabes? Pero linda.

Bufé sin poder evitarlo, luego comprobé la hora en mi teléfono.

Bueno, teníamos un buen rato fuera del departamento. Hora de volver.

— Hora de irnos Jake, podemos seguir con esto en el auto.

— Eso sonó sucio mi querida Wendy, y debes saber que no soy un chico fácil ¡No, señorita! Ni te creas que vas a obtener nada de mí en la primera cita. Mínimo, quiero tres citas más. Me tienes que llevar a un lindo restaurant italiano, al cine, y entonces, y sólo entonces..., Pensaré en tu propuesta. Muchas gracias. — Bromeó.

— Lo siento amigo. Puedo ofrecerte un rapidito en la parte trasera de mi camioneta, y nada más. No soy de flores y corazones. O abres tus lindas piernas, o busco en otro lugar. — Engrosé mi voz, siguiéndole el juego.

La línea que nos une (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora