Capítulo 9: NO ERES TÚ, ¿SOY YO?

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Capítulo 9: No eres tú, ¿Soy yo?

Nunca fui una chica de muchas amistades, mucho menos de muchas citas.

Quizá por ser tan cerrada y solitaria era que había tomado tan terribles decisiones, porque no confiaba en nadie con quién discutirlas para buscar una alternativa de solución.

Y en quienes confiaba, no creía que fueran imparciales, así que de plano no les consultaba, ni les decía nada.

Entonces terminaba embarrándola a lo grande.

Pero eran mis decisiones, y había aprendido a apropiarme de ellas, buenas o malas.

Echando mi memoria para atrás, hubo un tiempo en el que tuve mis fiestas con amigos y mis salidas al cine con chicos lindos y agradables — Hubo uno que incluso me llevo a cenar —, y recuerdo que sí llegué a disfrutar de la compañía de algunas personas, por lo que sabía que no era una asocial. Y sí, de vez en cuando, hubo uno que otro beso en mi camino.

Pero ese tiempo, dónde fui otra adolescente más, fue corto.

Luego de algunas salidas, no podía encontrar en mí la ilusión que veía en el resto, y meterme de lleno al mundo de las citas, nunca fue algo que me llamó la atención, ni que perseguía a los quince. Mi mente estaba en otro lado a esa edad, aunque ya dijeran de mí que era toda una mujercita.

Con todos los conflictos internos que tenía, decidí quedarme con la buena compañía de mis fieles libros, y en ellos hallé consuelo.

Selena era quién me hacía salir de vez en cuando, y poco a poco me fue incluyendo en su grupo de amigos, hasta que ellos también se convirtieron en los míos.

Aunque me divertía con ellos, siempre me consideré una chiquilla, que tenía toda una vida por delante para descubrir quién era, qué le gustaba y quién quería ser. Así que estaba con ellos, y al mismo tiempo no estaba. No me encontraba en la aparente carrera, en la que los demás parecían competir.

Para los dieciséis, cuando mi vida dio un vuelco, y tome las más terribles decisiones, que me llevaron a lugares donde jamás debí estar...

Bueno, digamos que mis expectativas se transformaron, y mis pensamientos no eran los típicos pensamientos de una chica de dieciséis.

Igual que ahora.

Pues mis deseos, no era los típicos deseos de una chica de dieciocho.

Si es que había algo que fuera típico en cualquier edad...

Siempre pensé que todos éramos mundos diferentes, y aunque en algunos casos nos parecíamos, ninguna vida era igual a otra, siempre había algo diferente, podían ser experiencias, ausencias, separaciones, uniones, conformidad, deseos de crecer, estabilidad o inestabilidad... tantos factores que determinaban qué tenía y cómo sería tu mundo, que combinados, estos factores siempre formaban algo diferente.

En mi caso, aunque me gustaban los chicos con los que salía, pasaba un buen momento con ellos, y era capaz de disfrutar los besos que nos dimos, me parecía que tenía que centrarme en mí misma primero. Veía las relaciones desde una perspectiva diferente a la del resto de mi grupo, rápido me di cuenta que, por los momentos, me gustaba más hacer de casamentera que de cita.

Juntaba a los "crushes" para evitar un crash.

Había sufrido las consecuencias de un crash, que convirtió nuestras posibilidades en verdadera trash. Necesitaba ocuparme de mí misma y mi futuro, no quería que nada me desenfocara de eso.

Por eso no perdía mi tiempo con "relaciones".

Sabía cómo comportarme para evadir los coqueteos, y no estaba queriendo asumir de más, pero al no conocer bien a Jake, no sabía si sus avances eran parte de su personalidad, o sí estaba activamente coqueteando conmigo.

La línea que nos une (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora