ɴᴏ ᴊᴜᴇɢᴜᴇꜱ ᴄᴏɴᴍɪɢᴏ, ᴛ | Timothée Chalamet

20. explicaciones

—Veamos, déjame ver si entendí...

—Ok...

—Fuiste a una casa en un árbol en medio de quien sabe dónde con Timothée y casi se besan...

—Uh...

—Después, saliste con Timothée una noche en la que te emborrachaste y fueron a parar a un campamento hippie...

Fruncí los labios.

—Ajá.

—Luego, dices que fueron a un concierto, donde inventas que viste a Armie Hammer...

—¡Te lo juro!

—Claro —rodó los ojos—. Y ahora me dices que casi cogen en tu cocina-

—¡Alex!

—¿Qué? ¿También es mentira?

Me crucé de brazos. En realidad no lo sabía, pero no sonaba como algo demasiado falso.

Suspiré, sintiendo como mis mejillas se pintaban de rosado cada vez que Alex repasaba en frente mío todo lo que le había contado.

Estábamos en mi sala; habíamos caminado a mi casa juntas después de mi hora de asistencia con la señorita Filips en el taller de teatro. Al principio pensé que no sería capaz de contarle nada a Alex, pero me vi encarando mi miedo, contándole absolutamente todo -omitiendo detalles específicos- lo que había pasado entre Timothée y yo.

Ella parecía sorprendida, aunque la parte en la que involucraba al famoso amigo de T no la creyó. Le había pedido que no comentara nada hasta que terminara de contarle todo, así que ahora que mi gran cuento había terminado, tenía miedo de lo que pensara.

—Hoy también pasó algo —murmuré algo apenada.

Alex abrió los ojos, al mismo tiempo que se acomodó en el sofá para extender sus piernas sobre las mías, ocupando la mayoría del sofá como si fuera una cama.

—Esto nunca se acaba...

Ignoré su comentario.

—Fue algo raro. Estábamos detrás del escenario en teatro y él estaba muy molesto. Yo quería saber sobre el golpe de su ojo, pero él estaba alterado y de repente... casi me besa pero yo lo detuve.

Alex metió una palomita a su boca, asintiendo mientras me escuchaba.

—Creo que sí noté ese moretón. Ese chico es extraño. ¿Qué hacía ahí en teatro? —preguntó curiosa.

¿Estaría bien hablarle sobre algo que apenaba a T? Aunque no sabía si en realidad le apenaba el actuar. Pero decidí mejor no mencionar aquello, no por ahora.

—No sé, Alex. El punto es que esto me está volviendo loca. ¿Qué se supone que haga o piense cuando es tan cambiante?

Alex levantó su espalda del sofá para mirarme más de cerca. Le echó una ojeada a Max, quien paseaba de un lado a otro por la sala, sin nada muy divertido que hacer. ¿Te interesaría escuchar mis problemas de adolescente hormonal, Max? Nah, eso jamás.

—Mira, realmente no conozco al chico demasiado bien y debo de admitir que a veces me asusta. Es guapo, extremadamente, pero tú eres la que lo conoce. Y aunque internamente quisiera que él jamás te hiciera daño, tal vez debas ir descubriendo lo que él es, poco a poco.

Fruncí el ceño.

—¿Cómo exactamente?

—Conociéndolo. Sé que parece que ha mostrado cosas muy distintas, pero a lo mejor no has logrado ver claramente a través de él como piensas.