Cuando Lan SiZhui cumplió trece años al tiempo llegó a Gusu una invitación para la celebración del décimo aniversario de alumbramiento del joven amo y heredero de la secta LanLing-Jin, Jin Ling.
El líder de secta, Jin GuangYao, hizo de la celebración una fiesta estratosférica pues era ése el único pariente sanguíneo, reconocido, que le quedaba.
Por su parte, el Líder de secta Jiang tampoco se quedó atrás. Aún con su mal carácter pregonó por todo Yunmeng que su sobrino, hijo de su adorada y siempre bien recordada hermana, poco a poco se iba convirtiendo en adulto. Así le amenazara con romperle las piernas cada vez que el niño hacía algo estúpido, para todos era evidente el gran amor y devoción de Jiang Cheng para con el pequeño.
En el Receso de las Nubes se decidió llevar a dos Juniors de edad similar a la del festejado. Lan Qiren supo de inmediato que la mejor opción entre todos era, por supuesto, su pequeño sobrino Lan SiZhui. También se decidió que Lan JingYi asistiría.
Quién evidentemente se negó fue Lan WangJi y es que el Jade aceptaría cualquier cosa menos asistir a las Conferencias de Cultivo o a cualquier otra celebración como esa. Ya tenía una experiencia en ellas que no deseaba repetir y gracias a los cielos su hermano lo entendía y apoyaba.
Como sea, durante el banquete no fue sorpresa todo aquello que se les ofreció a los invitados: hospedaje, comida, bebida, diversión, entretenimiento. Todo fue mucho más que glorioso, como se esperaba de la Secta Jin.
Algo que no pasó desapercibido para todos fue el hecho de que, de las grandes sectas, ya todos los líderes habían cambiado. Jiang FengMian, Jin GuangShan, Nie MingJue, Wen RuoHan y Qing Heng-Jun, ya ninguno de ellos vivía y ahora sus herederos y hermanos dirigían las sectas por las que algunos entregaron la vida misma.
Mientras los adultos se divertían y charlaba entre sí, para los infantes el asunto era distinto, al menos los dos pequeños Lan que habían ido estaban bastantes aburridos pero aún más abrumados, mucho más. Era la primera vez que asistían a algo como eso y todo lo que había y lo que se hacía les parecía atrayente pero excesivo.
Lan JingYi al principio no dejaba de hablar de todo pero ahora incluso él estaba callado y hasta un poco malhumorado. Lan SiZhui comenzaba a tener un poco de jaqueca, toda la vida había estado en un ambiente relajado, más aun conviviendo con Lan WangJi, así que se sentía abarrotado.
Por fortuna Lan XiChen se apiadó de ellos y les dio permiso para salir del salón del banquete e ir a pasear por los jardines de la Secta LanLing-Jin.
—¿No crees que el joven amo Jin se aburra aquí? —preguntó Lan JingYi observando una enorme piedra que se alzaba unos cuantos metros y que tenía tallada la heroica figura de Jin ZiXuan.
Lan SiZhui, quien también prestaba atención a la piedra, contestó—. ¿Por qué lo dices?
—Durante el banquete lucia muy malhumorado y enfadado. De alguna manera no creo que tanto lujo le brinde diversión.
—¿No crees que él puedo opinar lo mismo de nosotros? Quizá nuestro estilo de vida sea lo verdaderamente aburrido desde su perspectiva.
—No lo sé. Siento que es más gratificante porque sabemos divertimos sin mucho.
Se quedaron callados un rato. Realmente la figura del antiguo heredero Jin ZiXuan era gloriosa y altiva así que seguían ensimismados en ella. Más porque sabían que lo ocurrido a él terminó por desencadenar el final del Patriarca Yiling.
—El General Fantasma terminó con su vida... —Lan JingYi no pudo evitar decir en voz alta lo que ambos estaban pensando.
Y es que siempre les había parecido sorprendente que Jin ZiXuan, aún con todas las destrezas que se le atribuían, no haya tenido ni siquiera la oportunidad de defenderse en lo más mínimo antes de que el General Fantasma le atravesara el corazón.
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Recuerdos impregnados del primer amor | v.1 | Lan MeiLing
FantasyVer. 1 | Sin editar. "...Para el trigésimo tercer azote, los discípulos de la secta Lan sostenían ya los brazos de Lan WangJi. Los ropajes blancos colgaban hechos jirones y se tintaban de un rojo tan intenso como las granadas cuando son aplastadas...