Luego de terminar sus tareas habituales, los chicos se asearon y fueron a cenar. Agotados, hambrientos y en sus respectivos lugares, empezaron a conversar entre sí.
—¡Qué bien que hoy nos tocó a todos juntos en el mismo grupo!—exclamó Ness con entusiasmo—¡Hacía mucho tiempo que eso no sucedía!
—Sí. Si no faltaba uno, faltaba el otro, ¡qué molestia!—se quejó Claus—Se sentía como en la escuela: "Ese grupito de atrás se me separa"—dijo imitando una voz similar a la de una persona mayor.
Los chicos echaron a reír al escuchar aquella imitación de su maestro.
—Es cierto, hermanito—coincidió Lucas—. ¿Será que, como en la escuela, debemos fingir no ser muy cercanos para que no eviten ponernos en el mismo grupo?
—No lo creo—Claus soltó una carcajada ante el comentario de su hermano—. Hacerlo aquí no sería buena idea. ¿No se supone que quieren que estemos tranquilos?
—Se supone—enfatizó Ninten en tono bajo.
Todos dirigieron la vista en dirección a Ninten, haciendo que el silencio se apodere de la mesa.
—Ya saben, lo de siempre: aún no estamos seguros de sus intenciones y todo eso—volvió a tomar la palabra con su mirada dirigida a su plato de comida.
—Oh, Ninten. ¿No crees que estás siendo un poco paranoico?—dijo Ness con una risa nerviosa, situando su mano en el hombro de su gemelo. Quería evitar que se alterase de nuevo.
Ninten se encogió de hombros con la mirada aún baja. Pensó que no tenía sentido seguir hablando de eso, así que decidió guardar silencio y esperar a que la conversación cambiase de rumbo. No tuvo éxito, pues Claus observó sus gestos y decidió intervenir:
—No está siéndolo, Ness. De hecho, tiene muchos motivos para actuar así. Es de los banda roja quienes estamos hablando. Fueron ellos los que nos separaron de nuestras familias y empezaron todo este lío, ¿recuerdas? ¡Los odio!
—No digas esas cosas en voz alta, Claus—dijo Lucas en tono sereno, pero al mismo tiempo mostraba un poco de nerviosismo—. Podrían oírte.
—¿Y qué?—dijo Claus en un tono más elevado—¿Y qué?—repitió con enojo. A pesar de haber estado viviendo pacíficamente entre ellos por un tiempo, el odio que les tenía nunca se había ido. Toda aquella ira reprimida debía salir tarde o temprano. —¡Que escuchen si quieren! ¡No pueden hacernos daño, así que aprovecharé en decir lo que pienso!—dicho esto, se levantó de su asiento.
Todos en el comedor voltearon a verlo atónitos.
—Claus, estás creando una escena...—dijo Lucas, quien había empezado a temblar.
—Ya basta, Claus—le dijo Ninten con firmeza. Ness miró temeroso hacia los costados por si alguien se acercaba.
—¡No hay personas que odie más que a los banda roja!—su voz retumbó en todo el lugar— ¡Son unos desgraciados que nos quitaron lo que más amamos! ¿Al menos podrían decirnos por qué lo hicieron? ¡Más les vale darme una respuesta o sino juro que se las voy a sacar yo mismo!—. Dio un golpe con el puño en la mesa. No obtuvo respuesta alguna por parte de nadie a pesar de que, como en todas las veces que estaban en el comedor, había algunos soldados vigilando el lugar. Claus se quedó de pie por un momento esperando hasta que, en un acto impulsivo, apretó uno de los puños y estuvo a punto de acercarse a uno de ellos hasta que fue detenido por Ninten, quien bloqueó su camino con uno de sus brazos.
—¡Claus, cálmate por favor!—le dijo Lucas mientras lo abrazaba para impedir que avanzase. El mayor forcejeó al principio, pero luego se detuvo para evitar hacerle daño a su hermano—¿Acaso olvidaste lo que papá te dijo?
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Gemelos
FanfictionEn un mundo gobernado por el egoísmo y la ambición es cada vez más difícil sobrevivir. Claus y Lucas viven junto a su familia el infierno de ser perseguidos por sus creencias y nacionalidad, por lo que deben ocultarse para evitar ser capturados. Na...