Capitulo 4

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Narradora

Todo estaba listo para el funeral de Javier, las rosas blancas adornaban la entrada hacia donde se suponía que iba a estar el cuerpo del chico. Algunos amigos lloraban, otros simplemente suspiraban y decían palabras de aliento hacia su padre quien se encontraba con la mirada en un punto fijo del piso.

Rubí llego con su hija en brazos, se lo podía ver realmente afligida con sus ojera al mil porcientos. Ella  sabía donde se encontraba Javier e incluso lo fue a visitar muchas veces para que viera a su hija. Todos la miraban de arriba abajo e incluso susurran palabras de condolencia hacia ella y su pequeña Esperanza.

Eduardo por otra parte no sabía que hacer o como sentirse al respecto quería ser fuerte para darle apoyo a su adre y a su hermana porque él sabia que Rubí le tenía un cariño bastante grande a Javier. Vio a Rubí quien se encontraba sollozando muy cerca de la urna la envolvió en sus brazos, susurrándole un Te quiero hermana.

-Eduardo- Dijo Rubí mientras lloraba- No puedo creer que esto este pasando.

- Hermana yo tampoco lo puedo creer- Respondió Eduardo con su voz entrecortada.

- Es que no quiero creerlo- Rubí se puso de pie- Siento que él- Eduardo no la dejo continuar.

- Sientes que él está vivo y que todo esto es una mentira o un mal sueño- Soltó Eduardo haciendo que Rubí frunciera el ceño.

- Aún lo ama ¿no es así?- Preguntó mirando a los ojos a su hermano- Aún lo amas Eduardo esa mirada no me miente- Decía señalándolo.

- Rubí yo estoy enamorado de Lucas- Fue lo único que salio de sus labios.

- Eso no quiere decir que aún no ames a Javier, Eduardo te conozco muy bien y ya me entere como reaccionaste al enterarte de esto- Dijo señalando la urna- A mi no tienes que mentirme Edu se que lo amas y se que te duele su partida tanto o más que a mi- Esbozó una sonrisa triste- Vamos hermano es hora de que lo aceptes.

- Rubí aunque lo amara todavía, jamás pudiéramos estar juntos recuerda que el y yo..- Rubí le hizo una seña que se detuviera.

- Son Hermanos- Concluyó ella- Estoy cociente de ello Edu pero también soy consiente que su amor era muy fuerte y que aún el estando allá te seguía amando- La voz de Rubí sonaba tranquila , Eduardo al escuchar eso se quedo paralizado.

- ¿Como lo sabes?- Preguntó.

- Porque el me lo dijo Edu- Respondió ella tomando las manos de Eduardo- El me dijo lo mucho que te amaba y lo que hubiera dado con tal de que jamas se hubieran separado- Eduardo frunció el ceño y negaba con la cabeza.

- No es cierto Rubí él ya tenía a alguien más estando allá- Su tono de voz se quebró- Ya tenía una relación Rubí- La chica frunció el ceño y esbozo una sonrisa algo incrédula.

- Eso no es cierto Eduardo- Dijo negando con la cabeza- ¿Quien te dijo semejante mentira?- Preguntó.

- Fue Lu..- No pudo terminar porque esté hizo acto de presencia envolviéndolo en sus brazos.

- Amor que bueno que te encuentro fíjate que- No pudo terminar de hablar porque se dio cuenta que Rubí estaba ahí- Hola cuñada ¿Como te sientes?- Pregunté de manera amable a lo que Rubí le dio una sonrisa.

-Bien Lucas- Respondió- Algo triste pero bien- Lucas se separó de Eduardo y la abrazó.

- Sabes que tienes en mi un hombro para llorar y desahogarte cuñada- Dijo de forma sincera hacia Rubí quien asintió.

- Mejor vayamos a ver si necesita algo el Sr Rojas que por cierto me dijo hace un rato que quería abrir la urna para darle un ultimo abrazo a Javier- Soltó Lucas haciendo que ambos chicos se sorprendieran- Es algo loco lo sé pero no puedo negarme a ello es su padre así que- Dijo mostrando los destornilladores- Vamos- Se puso de pie en dirección hacia donde Rojas.

Eduardo y Rubí se acercaron, en ese momento Eduardo sentía como si quisiera salir corriendo de allí no quería acercarse no quería verlo, aún pensaba que todo era una mentira un mal sueño y que iba  a despertar.

Por otro lado Rubí sentía que Javier no estaba muerto, sentía que estaba vivo y que esto solo era una confusión, o al menos eso quería creer. 

Ambos miraron como Lucas junto con dos chicos más iban abriendo la urna, de inmediato Eduardo se puso al lado de su padre quien le tomó de la mano y la apretó. Era hora de verlo por ultima vez, de despedirse y decirle cuanto lo iba a extrañar. 

-Buenas Tardes- Una voz que retumbó él lugar hizo que todos se paralizaran y se miraran confundidos. Eduardo quien no sabía si reír o llorar sintió su corazón acelerarse sintió como iba tomando vida de nuevo.

Duele Quererte AsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora