Capitulo 11

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JAVIER

No puedo creer que el se haya atrevido a besarme después de que estuvo con su novio– ¿Porque no lo puedo detener?,¿porque dejo que juegue conmigo de la manera en que se le antoje?. Es que acaso no tengo dignidad? No, con el, no existe esa palabra.

El me toma por la cintura apretándome más hacia el, sus besos son como una droga, cuando los pruebas no quieres ,ni puedes parar.
No puedo estar haciendo esto, no puedo besarle de esta manera, aunque quiera no puedo.
Simplemente no tengo fuerzas, y se que si este beso se convierte en algo más
no podré contenerme , y no quiero sentirme mal ni con Lucas ni con mi padre, ni conmigo mismo, ¿Que carajo? ¿Desde cuándo pienso en Lucas?, ¿A quien engaño? nadie merece ser traicionado y menos de esta manera.

Este beso se transformó en un beso más demandante, ambos deseábamos más, Eduardo atacaba mi cuello, y lo besaba como si la vida dependiera de ello.
¿Que hago? Dios perdóname por lo que voy a hacer.....

Narradora

Ambos chicos tenían una lucha interna de lo que era correcto y lo que no, ambos sabían que no estaban haciendo lo correcto pero no podían parar, y es que los dos querían ir más allá, lo deseaban y estaban dispuestos a hacerlo.

Eduardo tomó por los muslos a Javier cargándolo sin parar de besarse, camino hasta la puerta la cual se encontraba a unos siete pasos de dónde ambos se encontraban hablando, se adentro en ella y siguió su camino, de las escaleras hasta el cuarto de Javier.

Estaban tan necesitados que no les importó en absoluto el lugar donde se encontraban, tampoco se daban cuenta que alguien cuyos ojos eran claros y su rostro pálido los observaba con un semblante bastante confuso y triste...

¿Pero que más da?, Ya lo hecho hecho está y no existe nada que pueda reparar los errores que cometemos a diario

Al día siguiente...

Ambos se encontraba desnudos bajo las sabanas en el cuarto de Javier, ambos estaban hundidos en un profundo sueño.
Esa noche fue totalmente mágica, se entregaron una vez más, ambos lo necesitaban, estaban felices.

Pero como todo no es felicidad en esta vida, esa magia tendría que acabar.

A pesar de que Eduardo sabía que aún amaba a Javier con todo su corazón y su alma,estaba Lucas, a quien aún quería, y no lo quería lastimar. Aunque fuera inevitable el hecho de que lo iba a hacer tarde o temprano, no sabía que hacer, porque una relación con Javier ocasionaría muchos conflictos con sus padres, porque el detalle de que ellos eran hermanos era un gran obstáculo para ambos,sin embargo el querer volver con el era una opción que retumbaba en su cabeza.

Pasemos al otro lado de la casa, exactamente al cuarto que Eduardo compartía con Lucas, quién se encontraba con los ojos llenos de lágrimas, porque  sabía exactamente qué la relación de Eduardo y él se estaba yendo en picada.

– Es increíble como tu llegada ha hecho que mi relación se esté desboronando– y es que eso era lo que sentía Lucas–Si bien se que hice muchas cosas para separarlos, pero creo que no merezco esto–Sujeta la foto de Javier y Eduardo besándose– Duele en el alma Eduardo–dice al momento en que arruga la fotografía. Lucas se pone de pie y seca sus lágrimas, el sabe que debe de parar ahora antes que se le note sus ojos llorosos. El no iba a perder, el iba a luchar por quedarse con Eduardo, porque lo amaba tanto.

Dos horas más tarde

Gracias a la luz que ingresaba por la ventana del cuarto, Eduardo fue despertando poco a poco, Sintiendo como algo o más bien alguien se aferraba a su cadera y pecho,sonrió al saber de quién se trataba.

Duele Quererte AsíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora