Empezaba nuestro segundo año en Queen y con esto también se venía nuestro segundo año de novios con Billy. Comenzamos a salir en nuestro último año de prepa y como ambos entramos en la misma universidad no tuvimos que separarnos.
-¿Qué harás este fin de semana, Melany? -pregunta curiosa Anne.
-No me ha dicho -río- pero seguro saldremos.
Ese día también fui por el papeles decorativos para hacer el regalo y por el traje que anteriormente había encargado. Finalmente me quedó por un lado la caja con el traje y por el otro una cajita llena de chocolates y cartitas donde le escribí con todo mi amor.
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Hoy por fin llegó el día, me levanté y ninguna de las chicas se encontraba en la habitación así que me bañé y baje a desayunar, escribí un poco y luego de un rato me arrimé a beber un poco de agua, sobre la mesa había una caja blanca cerrada con un moño verde agua, me arrimo y leo mi nombre en ella. La abro y dentro de ella hay una carta que dice Pontelo, luego ve al jardín y debajo había un hermoso vestido blanco con detallitos verdes al igual que la caja.
Me baño rápido y voy al jardín encontrándome con una caja sobre un asiento y globos en forma de corazón colgando de ella, me acerco y tomo la caja, adentro habían unos bomboncitos y otra carta: ve a la entrada principal.
Voy rápido hacia el otro lado encontrándome con un carruaje y Bella, la yegua de Billy y mía, de ahí baja Jerry.
-Señorita, vengo a escoltarla -abre la puerta- ten.
Me entrega una rosa y subo al carruaje. Luego de cinco minutos, Jerry, me abre la puerta y me señala un restaurante que reconozco al instante. El restaurante donde vinimos por primera vez con Billy y me pidió ser su novia. Sonrío y entro al lugar. Lo primero que veo son un montón de rosas, un aroma único y música de la época, una joven mucama se me acerca y me lleva al final del lugar.
-Felices dos años, Mel -sale de atrás mío mi novio.
-Dios Mío Billy, todo esto es hermoso -me acerco a él- feliz aniversario mi amor.
Lo beso y luego de separar nuestros labios lo abrazo.
-Te amo, enserio gracias.
-También te amo -me toma de la mano- que lo disfrutes.
Me sonríe luego de dejarme en mi silla. El almuerzo pasó entre risas y uno que otro beso.
-Vamos a caminar un poco -besa mi mejilla para luego salir del local tomados de la mano.
Salimos en dirección a Queens pero tomando un camino más largo para pasar más tiempo juntos, en eso llegamos a un pequeño lago con un puente al cual subimos.
-Mel -se detiene- cierra los ojos
Hago caso y siento como su cuerpo se acerca al mío y una cadenita de metal se posa sobre mi cuello.
-Espero que te guste -lo veo sonreír cuando abro los ojos.
Tomo el dijecito que hay en la cadenita para luego admirar lo hermoso que es.
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-Gracias Billy -mis ojos se cristalizan- gracias por todo lo que has hecho hoy día y todo lo que haces siempre -lo abrazo.
Estuvimos un rato así y decidimos volver, antes de entrar recuerdo mi regalo.
-Esperame aquí, ya vuelvo -lo beso.
Subo rápido y bajo con las cajas.
-Para ti -se las entrego- no son tanto como lo tuyo pero... -mis palabras son interrumpidas por sus labios.
-Gracias Mel -dice cuando se separa- es mejor que todo lo que te he dado.
-Pero que dices Billy -río- nada se compara con todo lo que me has dado.
Respondo haciendo referencia a lo anterior ocurrido ese día y todos los demás días que hemos estado juntos. Suenan las campanas que indican que cada uno debe volver a su habitación.
-Gracias por regalarme el mejor día de mi vida -digo para luego unir nuestros labios- Te amo Billy.
-Te amo Mel -me besa rápidamente- y prometo que te amaré el resto de mi vida.
-También te amaré el resto de mi vida -nos unimos en un abrazo- nos vemos mañana mi amor, gracias por todo.
-Nos vemos mañana hermosa -besa mí mejilla para luego salir en dirección a la sección de los hombres.
Sonrío ampliamente al recordar todo lo ocurrido agradecida con el de arriba por haberlo puesto en mi camino.
