Shirbert

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Habían pasado algunas semanas desde su beso y aún seguían con la misma emoción que el primer día juntos; no había día en el que no se escribieran y las ganas de verse aumentaban cada día más.

-¿Estás segura que dice eso, Anne?

-Sí Diana, ahí dice que el fin de semana vendrá, mira -arrimó la carta a su cara mientras sonreía.

Esa mañana había llegado una carta de su amado avisándole que estaría allí para probar nuevas medicinas y el fin de semana estaría libre para poder verse.
La joven Anne no daba más de la alegría y comenzó a escribirle a Gilbert una carta expresando sus sentimientos.

Llegó el día que se verían, habían acordado encontrarse frente a una cafetería.
Anne se levantó, desayunó y se aseó para esperar la hora del encuentro.
Caminó de un lado al otro pensando en cómo debía tratarlo, qué podía cambiar y demás.

-Ay Anne, el te ama tal y como eres -le afirmó Ruby.

La joven asintió aliviada y miró la hora, aún faltaban algunos minutos pero decidió ir saliendo para no hacerlo esperar.
Cuando llegó vio una tienda de joyas y se arrimó a estas.

-Ese collar se vería fantástico en tu cuello -dijo una voz demasiado conocida mientras le señalaba un hermoso collar con florecitas.

-¡Gilbert Blythe! -Se dió vuelta y lo abrazó- no sabes cuánto te extrañé.

-Te extrañé demaciado, querida Anne -se separó y unió sus labios.

Al terminar ese pequeño momento romántico entraron a la cafetería para hacer sus pedidos.

-¿Entonces me dices que se quedarán por el resto del mes aquí? -preguntó la pelirroja sin creer.

-Sí -sonríe- nos quedaremos hasta los exámenes, tendremos mucho tiempo para estar juntos.

-Me fascina la idea, mándale mis cordiales saludos al que se le ocurrió venir.

-Te aseguro que lo haré -ríe.

Pasaron el resto de la tarde riendo y contándose todo lo que habían pasado, por más de que posteriormente se los hayan dicho mediante las cartas.

-¿Quieres que vayamos por helado? No tengo mucho tiempo para quedarme hoy -dijo Gilbert haciendo puchero.

-Claro que sí -sonríe y toma su mano- vámonos.

En ese puesto solo había solo helado de vainilla, pero era el favorito de ambos por lo que no hubo ningún problema.

Tomaron sus helados mientras comentaban sobre diferentes recuerdos de cuando se conocieron y demás.

-Me alegro mucho pasar tiempo contigo -afirmó el mayor mientras sonríe.

-Lo mismo digo -sonríe Anne- me divertí mucho, espero poder repetirlo alguno de estos días.

-Claro que sí, vendré a visitarte seguido, no queda tan lejos el lugar del hospedaje.

-Ya debemos irnos o se hará muy tarde -afirma Anne.

-Sí -la abraza- iré a Queens a visitarte.

-Te estaré esperando -sonríe.

Al separarse del abrazo se vuelven a unir pero esta vez en un dulce beso que duró unos cuantos segundos.

-Te amo Gilbert Blythe.

-Te amo Anne Shirley Cuthbert.

Dijieron al separarse para luego irse cada uno por su lado con una imborrable sonrisa en sus rostros.

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𝑨𝒏𝒏𝒆 𝒘𝒊𝒕𝒉 𝒂𝒏 𝑬; 𝒐𝒏𝒆 𝒔𝒉𝒐𝒕𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora