Gensokyo, un nuevo mundo [No oficial]

La youkai asesinada

Tras el regreso de los parparianos, estos le pidieron permiso a la princesa Celestia para poder llevarse el espejo y dejarlo en casa de Twilight, siendo esta capaz de diseñar una máquina que les permitía redirigir la dirección del espejo directamente en Gensokyo. Con esto, Clembri y cushiro lograron ir de visita a Gensokyo nuevamente "de paseo". Kushigo, el hermano de cushiro, siendo similar a este, salvo que con los colores de pelaje invertidos, logró ir a Gensokyo una vez y conocer a los amigos de su hermano.

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La youkai coneja se sintió mal de repente. Miró a su alrededor y, sin darse cuenta, yacía en el piso, tendida boca abajo. Iba a morir. A lo lejos, la parpariana yacía lejos de ella. No tenía las fuerzas para gritar. Tras unos segundos, simplemente cerró los ojos.

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<<Me pregunto para qué me habrá llamado Yukari>>

Clembri se encontraba corriendo en medio de la aldea de los humanos. Estos la miraban de forma preocupada. Ella pasó por alto esto. 

Giró al lado de una casa, y logró ver a la youkai, que estaba no muy lejos de ahí dándole la espalda. Clembri se le puso al lado.

-¿Yukari? ¿Qu...? -se interrumpió Clembri al voltear a donde miraba Yukari. La parpariana estaba enmudecida ante lo que veían sus ojos.

-¿Bien? ¿Algo que decir?

Yukari miraba fijamente a Clembri.

-Yo... Yo no... -dijo Clembri tartamudeante.

-¿Tú no? -dijo Yukari -¿Y esas pulgas que son?

La parpariana estaba tratando de entender la situación. Entre ambas yacía el cadáver de una youkai conejo, con pulgas atravezándola en distintas partes, y un pequeño charco de sangre al lado.

-Así que no es mortal, ¿no? -dijo Yukari.

-No, no lo es.

-¿Y eso?

Clembri negó la cabeza

-Yo no la mate, tú sabes que dejo pulgas para su regeneración.

-Está muerta -dijo Yukari molesta -No debiste hacerlo.

-Yo no lo hice

-¿Y te creo?

Clembri se agarró la cabeza.

-Por favor.

Yukari negó con su cabeza y la miró seriamente.

-Serás castigada, lo quieras o no. A ti y tus amigos les dejamos en claro que no pueden exterminar youkais ni matar humanos.

La parpariana se preocupó.

-Puedo demostrar mi inocencia.

-Muy tarde -dijo yukari y alzó su brazo rápidamente.

-Yukari, espera -dijo Reimu.

-¿Qué?

-Hay que darle una oportunidad -respondió a sacerdotisa.

-No -dijo la youkai cortante y su mano comenzó a brillar.

-No -dijo Reimu y, con la vara que sostenía, golpeó la mano de Yukari, provocando que esta volviese a la normalidad.

Yukari le devolvió una mirada de sorpresa.

-Dale tiempo.

La youkai suspiró.