Mansión Scarlet Devil

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Clembri volteó hacia Daiyousei, quien estaba respirando levemente y temblando.

-No tienes que acompañarme, recuerda que yo soy la del problema, y yo voy a solucionarlo -dijo la parpariana.

El hada reaccionó ante esto.

-¿E-En serio? -preguntó

-Sí. Ya hiciste mucho con acompañarme.

Al lado de ambas se escuchaba la respiración de Meiling, quien permanecía dormida.

-N-No, quiero quedarme -dijo Daiyousei.

-¿En serio? -preguntó Clembri no muy convencida

-Sí -contestó el hada con un tono más sereno.


La parpariana se volteó hacia Meiling.

-Con cuidado, Daiyousei, nos están esperando -mencionó

-¿Eh? -el hada se sorprendió.

-Es obvio, no hay actividad, lo cual es raro.


Clembri se acercó a Meiling, alzó la vista y la empujó levemente. La youkai reaccionó de repente y miró hacia ambos lados. Tras esto, bajó su mirada y retrocedió al ver a la parpariana

-Clembri -dijo recuperando su serenidad.

La parpariana le respondió con una mirada fija. Silencio breve

-No me provoques -advirtió rápidamente la youkai

La parpariana dio un parpadeo y suspiró.

-Necesito hablar con Remilia -mencionó.

-No puedes acercarte a ella. Ni siquiera deberías estar aquí.

<<Ya lo saben>>

-Meiling, por favor. Necesito hablar con Remilia.

-Vete antes de que las cosas se pongan duras.

Clembri reaccionó ante esto.

-¿Me estás amenazando? -preguntó.

-Tras lo que hiciste, estas fueron las órdenes. No puedes estar acá. Ahorita ya debería haberte atacado.

-Meiling, yo no lo hice, y se va a demostrar más tarde.

-Hasta que se demuestre, adiós -dijo cortantemente la youkai.

-Por favor, déjame hablar con...


Rápidamente, la parpariana alzó su pata, bloqueando el golpe directo que le iba a hacer Meiling. Tras esto, retrocedió y cruzaron miradas. Ambas estaban sorprendidas tras lo que acaba de suceder.

-Tú -Clembri estaba atónita.

<<¿Tanta fuerza tiene?>>

La youkai no sabía que responder.

-Clembri -dijo el hada nerviosa -Por favor, vámonos.

-No, ya no podemos irnos -contestó Clembri mirando a Meiling -No me van a dejar salir de acá.

Meiling se extrañó ante lo que dijo ella.

-No te hagas la tonta. Apuesto a que Remilia o Sakuya ordenaron matarme o capturarme.

Meiling dio un paso atrás y alzó sus dos brazos delante de ella, estando uno ligeramente adelante del otro.

-Supondré que órdenes son órdenes -dijo Clembri y unas pulgas volaron alrededor de ella -Lo siento, Meiling.

Gensokyo, un nuevo mundo [No oficial]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora