DESTRUCTION [Terminada]

Capítulo 30

- Narra Jonathan -

No sabía qué hora de la madrugada era, lo que sabía era que había pasado una noche increíble con Jed, habíamos hecho el amor un par de veces, justo ahora terminamos de hacerlo nuevamente.

Estaba acurrucada sobre mi, su pecho estaba pegado a mi torso así que podía sentir lo tranquila que era su respiración, sus piernas estaban entrelazadas con las mías, su rostro estaba escondido en mi cuello y mi mano se movía sobre su suave espalda acariciándola con la yema de mis dedos.

Ambos estábamos despiertos, desnudos, solo una sábana cubría nuestras caderas, estábamos tan en paz, disfrutando del silencio y de la oscuridad de la habitación, la poca luz que entraba por el ventanal le daba un toque especial al momento.

Me di la vuelta quedando encima de ella, ella me ofreció una sonrisa tan tierna que me erizo la piel, la bese como nunca la había besado, lento, sin prisa, con toda la tranquilidad de que ahora no seríamos descubiertos por nadie, me quite de encima de ella y me acomode en la cama abrazándola nuevamente y esta vez para dormir.

----------

- ¿A que hora aterrizas? -le pregunté cuando estábamos en el vestíbulo y ambos jugueteabamos con nuestras manos.

- A las seis de la mañana -respondió- brillante y temprano.

- ¿Habrá alguien ahí para esperarte? -la miré y ella asintió cerrando sus ojos, estaba melancólica.

- Creo que todos estarán allí... sigo pensando ... ¿y si no me reconoce?

- Un hijo siempre reconoce a su madre -la mire y acaricié su mano- y si no lo hace... yo se lo diré -ella soltó una risa.

- Aunque puedes venir de visita pronto -sonrió mirándome con los ojos llenos de lágrimas.

- Lo prometo -asenti.

Ella se puso de pie y tomó su bolsa, supe que era el momento, me levanté también y tome su mano, caminamos juntos por lo largo del pasillo juntos en silencio y tomados de la mano, al llegar afuera ya estaba un auto esperándola, pare al verlo y la mire a ella nuevamente.

- Que estes bien .

- Eres un sujeto raro, Jonathan -se puso frente a mí y se acerco.

- Lo se -sonreí un poco.

- Bien -respondió y acortó distancia entre nosotros y beso mis labios de manera tranquila.

Olía muy bien, se separo y fue al auto, al subir bajo el cristal de la ventana y se apoyo para mirarme fijamente mientras estaba dentro del auto hasta que se marcho.

- ¿Hay algo que pueda hacer por usted señor? -escuche la voz del gerente detras de mí.

- No gracias -respondí- nada en lo absoluto.