Once

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Y era verdad, JungKook se veía adorable lleno de harina.

Se había tenido que quitar sus lentes, porque más que ayudarlo a verlo, con tanta harina, era imposible hacerlo. Y JungKook no era de hacer desastres realmente, pero por culpa de sus manos húmedas y su cuerpo tembloroso, la bolsa se había caído directamente a sus pies cuando giró y JiMin se encontraba a escasos centímetros. Y como había dicho, esos ojos oscuros lo habían hecho doblegarse.

—Lo siento —dijo JiMin, dando un salto hacia atrás. Parte de su ropa estaba blanca.

—N-No importa —susurró, viendo el desastre en su cocina mientras dejaba sus lentes redondos en la isla—, tengo más bolsas.

—Te ayudaré a limpiar —se apresuró a decir, agarrando la bolsa en el suelo y poniéndola sobre la encimera.

—Después, ¿bien?, porque volveremos a ensuciar cuando empecemos.

Las galletas que hizo JiMin estuvieron bien en el tercer intento. Sabía cocinar, pero no hacía postres. Además, era totalmente nuevo para él ver a JungKook sin lentes.

—¿Puedes ver bien? —preguntó JiMin después de un tiempo—, ¿cuántos dedos tengo levantados?

JungKook lo miró con sus ojos oscuros, por los lentes no se podía notar las tupidas pestañas cortas que tenía y que hacían ver a sus ojos más grandes y redondos. Pero ahora JiMin las veía a la perfección.

—Tres —contestó suavemente, dándole una pequeña sonrisa—. Sólo veo un poco borroso, no distorsionado —se rio.

JiMin no supo qué decir. La risa de JungKook era como la de un bebé y lo hacía sentirse bien.

—Prueba esto. —JungKook saltó adorablemente y le ofreció un brownie.

JiMin lo miró directamente a los ojos, pero JungKook mantenía su mirada en los labios del chico que le gustaba, presionando suavemente el brownie sobre su boca. El pelinegro lo mordió con suavidad sin dejar de poder ver la carita redonda del niño más lindo que jamás pensó encontrar.

—¿Qué tal? —preguntó JungKook dando un paso atrás.

—Lindo.

—¿Lindo?

JiMin asintió, saboreando el brownie en su lengua.

—Esa es una nueva forma para describir un postre —se rio, dándose la vuelta.

JiMin cayó de golpe a la realidad, carraspeó y se acomodó mejor sobre el taburete, terminando de pasar el chocolate.

—Uhm, sí, el brownie, tienes un don. —Se mordió la lengua para no tartamudear.

—¡G-Gracias! 

JungKook pensó que su corazón saldría de su pecho ante el cumplido. Se sentía bien cuando otra persona que no fuera parte de tu familia te decía algo bueno. Terminó de cerrar una de las cajitas de plástico donde estaban guardados los brownies. Este era uno de los mejores días de toda su vida, JiMin estaba aquí y le había ayudado a cocinar, también habían salido a comprar cositas para decorar los postres y guardarlo. Todo lo que compraron era de colores pastel, incluso el mantel que JiMin había traído de su casa, así como los carteles. 

—JungKook —lo llamaron. Dirigió sus ojos hacia JiMin y notó lo raro que estaba.

—¿Estás bien? —susurró la pregunta, acercándose un poquito más a través de la isla en la cocina.

—Después de terminar con todo esto —dijo en voz baja, mientras llevaba una mano hacia su cabello negro—, ¿quieres, no sé, ir... conmigo al cine?

Miró la cara sonrojada y baja que JiMin mantenía, y se preguntó si había escuchado bien.

—¿A... A dónde? —balbuceó sin poder evitarlo, atragantándose con su propia saliva mientras sentía calor por todo su cuerpo.

—¡A-Al cine! 

Esta vez, lo dijo con más fuerza y firmeza, apretando su mandíbula y mirándolo a los ojos sin dudar. Aunque su cara parecía que tenía betún rojo y su corazón estaba haciendo una marcha con sus demás órganos por su garganta.

Cuando JungKook se rio, JiMin empezó a sentirse mal.

—Y-Yo. —Volvió a reír nervioso sintiendo sus manos sudar. Tú puedes con esto, vales mucho, se dijo—. Claro, eh, sí, cuando... cuando quieras, me encantaría, yo puedo, sí.

Esta vez fue el turno de JiMin de reír, pero la sonrisa que JungKook vio no era de burla, más bien de felicidad.

—Limpié tus lentes. —JiMin se los tendió con una pequeña sonrisa, y cuando JungKook los agarró, sus dedos se tocaron a propósito de parte de ambos.

Tragaron duro sin saber lo que pasaría desde ese momento.

El chico popular [JIKOOK] #1 ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora