El chico popular [JIKOOK] #1 ✔

Diecisiete

—Entooonces... ¿Qué pasó?

JiMin miró a su amigo con una ceja arqueada.

—Le dije que me gusta.

—Tienes que... Espera, ¿te confesaste?

—Lo hice —afirma, colocando su mochila sobre su hombro y caminando por los pasillos.

—Eso es genial —musitó—, ¿y qué dijo?

—Ehm, nada realmente, sólo un "oh".

—Espera, espera —TaeHyung rio—, ¿me estás diciendo que te confesaste y él sólo dijo "oh"?

—Bueno, sí. —JiMin paró—. Pero no le dije si quería ser mi novio, sólo que me gustaba.

—¿Y por qué no?

—Porque no sé si él quiera.

—¿Acaso jamás me escuchas? Te dije que le gustabas, por Dios, amigo, JungKook babea por ti.

—Mmh, ¿e-estás seguro? Es que... —Suspiró—, él es tan lindo, se veía tan bien.

—Claro que estoy seguro, eres Park JiMin, amigo.

—¡Pero él es Jeon JungKook, amigo!

Le dijo con una sonrisa.

—Okay, capté la burla, saco de mierda. —Los dos entraron al salón y fueron directamente a sus asientos.

—¿Qué tienes conmigo y ese insulto?

—Dejaré de decirte así en cuanto le pidas a JungKook su linda mano.

—TaeHyung —rio—, bien, le pediré a JungKook, pero no su mano.

—¿Qué le pedirás entonces? ¿su trasero?

—TaeHyung —llamó la atención, sintiendo su rostro caliente.

—Mmh, pareces virgen.

TaeHyung le sonrió y se volteó, dándole la espalda a su amigo.

JiMin suspiró y pasó sus manos por su rostro. Al carajo, ¿qué podía salir mal?

JungKook entró al salón con una pequeña sonrisa. Se había puesto la sudadera con capucha que TaeHyung le había regalado este fin de semana, era amarilla y le encantaba.

Todo él resplandecía y JiMin empezó a boquear. Su cuerpo tembló por los nervios y se paró de golpe cuando un impulso de valentía se apoderó de su cuerpo, interceptando a JungKook.

—¿JiM... —lo interrumpieron.

—JungKook, ¿quieres ser mi novio?

—Dios Santo, tienes huevos —murmuró TaeHyung sentado a su lado.

JungKook se quedó quieto y callado enfrente de él, y JiMin lo miraba sin saber qué decir y totalmente asustado por su silencio.

—¿JungKook?

—Y-Yo... Es que, no sé, todo esto, ehm —balbuceó, mordiendo su labio inferior.

Costaba pensar que no era una broma.

—No lo es. —Cuando JungKook lo miró confundido, JiMin sonrió un poco—. No es una broma.

Había pensado en voz alta.

Y después recordó lo que se dijo los días anteriores.

Debía ser valiente.

—Está bien, JiMin, puedo intentarlo.