Esos tres meses me los pasé estudiando para algunos examenes, esquivando a Clairo y sus comentarios y hablando con Billie cada noche.
La extrañaba mucho, deseaba coger un avión e ir a donde ella estaba para abrazarla hasta que me quedara sin aire, besarla hasta que me dolieran los labios y mirarla a los ojos hasta el cansancio.
Era muy dificil sentir su ausencia después de acostumbrarme a verla cada día, pero el amor todo lo puede. O almenos eso dicen.
Me pareció extraño que esa noche no me llamara, normalmente lo hace o me envía un mensaje. Pero esa noche, nada de nada.
Los días pasaron y seguía sin recivir ninguna señal de vida de Billie.
-¿Triste porque Billie te ha puesto los cuernos? -dijo esa voz irritante que ya conocía muy bien.
Clairo era insoportable, me daban ganas de pegarla pero no quería hacerlo. Prometí que jamás iba a usar la violencia, y así lo haré.
Pisé el cigarrillo en el suelo del recreo.
-Billie no me ha puesto los cuernos. -dije cruzándome de brazos.
-¿Y eso como lo sabes? -preguntó apoyando su espalda en la pared.
Rodé los ojos. La verdad no lo sabía pero tenía suficiente con saber que ella me ama y que no me haría eso.
-En una relación hay confianza, Clairo. Y yo confío mucho en Billie. -respondí entrando de nuevo a la cafetería.
-¿Como cuando la encontraste conmigo en su coche? -dijo, haciendo que parara mis pasos y me girara.
Apreté mis puños, la vieja Ashley estaba volviendo y si esa cerda seguía hablando, acabaría estampándole mi puño en la cara.
-Esa Billie ya no es la misma que es ahora. -respondí.
-Nadie cambia por amor, preciosa. Ella no sabe estar tanto tiempo sin sexo y ya lleva varios meses, así que yo de ti... me preocuparía. -dijo.
Levanté mi puño y di un paso al frente, pero respiré hondo, bajé el brazo y me fuí de allí.
Me senté bajo el mismo árbol de siempre, en el jardín de la universidad, solo que esta vez Billie no estaba para abrazarme por atrás.
La necesitaba.Abracé mis piernas y dejé caer mi cabeza sobre mis rodillas, suspirando.
Billie era famosa, tenía una manera de ser que enganchaba y una belleza natural que era imposible no mirarla.
Cualquiera podría fijarse en ella, cualquier persona atrevida podría coquetear con ella.
¿Billie sería capaz de seguirle el rollo?Pasé las manos por mi pelo, desesperada. Intenté quitarme esas ideas de la cabeza pero Billie hacía días que no daba señales de vida.
La vi demasiado seria en la última videollamada, y la desesperación que había en mi cuerpo causaba que pensara cosas que no eran.***
-Ash, perdona que te lo diga pero eres una paranoica. -dijo Lauren.
-¿Tu que opinas Halsey? -le pregunté a la chica.
-Conozco a Billie, si me llegas a preguntar eso el año pasado... te diría que si. Pero la has cambiado Jones, nunca he visto a Billie tan feliz y no creo que sea tan estúpida para hacerte eso. -respondió.
-Opino lo mismo que Halsey. -dijo Camila.
Suspiré y me dejé caer en el sofá.
-Soy una paranoica y yo no soy así. Jamás desconfiaría de ella... Pero estoy desesperada. -dije encendiendo un cigarrillo.