-Bebé... ¿crees que es bueno? Tu misma dijiste que tu corazón debe estar tranquilo... -le dije con tristeza.
Entonces se incorporó, empujando mis hombros para que mi espalda quedara pegada al cabezal y se sentó a horcajadas sobre mi. Sus ojos miraban directamente los mios y como siempre causaba en mi, me arrancó un suspiro y aceleró mi corazón a niveles inexplicables mientras acariciaba mi cuello con las dos manos.
-Ashley, tu y yo desde que nos conocimos hemos sido muy sexuales, desde la primera noche que nos vimos. Luego por milagro llegaste a mi instituto castigada, se podría decir que lo hemos hecho en todas las mesas de las aulas. -consiguió hacerme reir bajito. -Te deseo, siempre te he deseado y nunca he tenido suficiente de ti. No me quites esto, quiero sentirte, quiero disfrutar del saber que eres mia. -acercó sus labios a mi cuello y dejó un húmedo beso. Suspiré de nuevo y llevé mis manos a sus caderas. -Y yo soy tuya, quiero que me hagas olvidar el momento que estamos viviendo. Sólo tu puedes hacerlo.
Tragué en seco cuando sus manos bajaron desde mi cuello, pasando por mis brazos y colándose bajo mi camiseta.
-Prométeme que si necesitas parar, me lo dirás. -le dije bajo esa mirada cargada de fuego azul.
-Te lo prometo. -contestó.
Con un gruñido, apreté sus caderas hacia mi cuerpo y estampé mis labios contra los suyos.
Yo también la deseaba, tanto que dolía.
Hacia meses que no nos besábamos así, con tanto deseo y tantas ansias.
Mientras nos quitábamos la ropa entre suspiros y besos hambrientos, sentí que nada malo ocurría, sentí como si nos encontráramos hace cuatro meses atrás, despidiéndonos en mi habitación sin perder el tiempo.
Y eso hacíamos, no perder el tiempo.-Te deseo tanto... -susurré cuando sus besos bajaron a mi cuello.
-Soy tuya, completamente tuya... -su aliento chocó en mi oreja y me estremecí bajo su cuerpo.
Cuando Billie comenzó a descender por mi cuerpo con sus besos, me aferré a las sábanas y mientras cogía aire, miré al techo.
En ese momento pensé en que querría disfrutar al máximo de lo que ella me brindaba: amor, felicidad y placer.Parece mentira lo que la vida nos enseña; tenemos que disfrutar de lo que tenemos y nos rodea porque nunca se sabe lo que puede pasar.
-Te... te amo. -dije como pude cuando su lengua pasó por toda mi zona.
Entonces sus manos ascendieron por mis caderas hasta encontrarse con las mias, entrelazó con fuerza nuestros dedos y con la pasión que sólo ella sabe darme, llegué al cabo de unos minutos a un increible orgasmo.
***
-Déjame demostrarte lo enamorada que estoy de ti. -susurré rozando mis labios con los suyos.
-Me lo demuestras a cada segundo, bebé. -dijo aún con la respiración errática.
-Sht... -contesté.
Entonces me apoyé en mi codo mientras mi cuerpo desnudo estaba sobre el suyo.
Besé sus labios con delicadeza, adentrando mi lengua en su boca y arrancándole un gemido cuando mi mano libre acarició uno de sus pechos.-Eres preciosa... -dije en su cuello. Lo besé y me dirigí a su clavícula. -Me encantas, toda tú.
Jugaba con su pezón en mi boca y sus manos se enredaron en mi pelo.
-Dios Ash... -gimió.
Mis labios besaron su abdomen lentamente, descendiendo hasta su monte de venus.
Llevé mi mano a su zona y comencé a masajear mientras de nuevo subía con besos hacia su boca.