Los siguientes tres meses pasaron demasiado rápido.
Desde que Billie recuperó la sensibilidad en sus piernas, estuvo un mes más ingresada en el hospital.
No hubo problemas por parte de la operación, y las clases de rehabilitación iban mejorando cada día más.
La salida del hospital fué increiblemente emocionante.
Mientras Finneas llevaba la silla de ruedas en la que Billie estaba sentada, miles de personas se acomularon a nuestro alrededor.
Internet estaba lleno de vídeos en los que se veía a una sonriente Billie saludando a todo el mundo, con su inseparable beanie negro en la cabeza para tapar su pelo corto a su lado izquierdo.
A ella no le gustaba verse la cicatriz, y a mi me encantaba verla y acariciarla junto a su pelo corto porque esa era la marca que inició un antes y un después. Yo le decía siempre que era su marca de superheroína, porque eso era para mi, una súperviviente.
Clairo se hizo hueco poco a poco en nuestro grupo de amigos, y la verdad es que esa Clairo era muy diferente a la que conocí hace tiempo, esa Clairo era amable y simpática.
Supongo que a ella también le hizo falta la presencia y la luz de Billie para que su vida diera un giro de 360 grados, al igual que me pasó a mi.
Me gustaba estar presente cuando Billie y ella explicaban historias de cuando eran pequeñas, imaginar a una Billie pequeña me daba mucha ternura, y adoraba verla reir a pleno pulmón mientras Clairo explicaba las aventuras vividas.
Todo el sufrimiento que vivimos ese último año, fué recompensado por la sonrisa y la risa de Billie cada mañana, fué recompensado por las caricias que me brindaba cada noche.
Todo el dolor fué recompensado para todos cuando vimos a nuestro ángel de cabello dorado subirse a un escenario por primera vez después de todo lo ocurrido.
Billie Eilish estaba de vuelta.
Y pudimos escuchar el mundo temblar bajo sus pies cuando pisó aquel escenario.
-No puedo creérmelo. -dijo Halsey a mi lado. -No puedo creerlo aún.
Mis ojos estaban fijos en ella, en su silueta negra debido a las luces rojas que la enfocaban por detrás.
Su posición quieta y recta desprendía tanto poder como si fuera un ángel caído del cielo que llegó para salvar al mundo.
Y eso era para mi.
Los gritos de la gente no dejaban escuchar ni la música de la introducción, y nada más que Billie pisó el escenario, los guardas tuvieron que sacar de allí a unas cuantas chicas que no pudieron soportar la emoción.
Ese concierto se estaba retransmitiendo alrededor del mundo, todo el mundo quería ver la vuelta de Billie Eilish y yo, me sentía afortunada por estar viéndola desde el palco más cercano al escenario.
Alguien cogió mi mano a mi derecha, al parecer mi cuerpo estaba temblando y mi vista estaba borrosa, estaba llorando.
-Ha vuelto. -dijo Maggie apretando mi mano. -Ha vuelto para quedarse.
Sonreí y mi cuerpo se sobresaltó cuando "Bury a friend" comenzó a sonar.
Mi vista se clavó en ella, y durante todo el concieryo viví la mejor experiéncia de mi vida mientras cantaba y saltaba junto a ella. Lloré como una niña pequeña cuando cantó "when the party's over". Ella cantaba de una manera que podía trasmitirte todas y cada una de las emociones que ella sentía mientras cantaba esa canción.
Me perdí en sus expresiones y en sus gestos, me perdí en esa voz que pensé que nunca podría recuperar.
Y ahí estaba, deleitando a todos los presentes con ese tono angelical que sólo ella tenía.
Las gotas de sudor caían por mi frente, Billie estaba cantando la última canción y Patrick me dijo que debía dirigirme al backstage por alguna razón que no me quiso decir.
