~Chapter 10~

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Pasó un mes desde que el mundo entero sabía lo que ocurría con Billie.
La gente se volvió literalmente loca, todos querían ver a Billie para decirle cuánto la amaban y apoyaban. Llegó hasta tal punto, que los O'Connell tuvieron que rentar un apartamento a las afueras de Los Ángeles porque la gente se acomulaba en la puerta de su casa.

Incluso mis padres y yo nos fuimos con ellos a ese gran apartamento, Maggie literalmente obligó a mis padres a venir porque en mi casa también se acomulaba gente con el fin de ver a Billie por allí.
Iba con ella a todos lados; al médico, a pasear por las afueras, a algunas entrevistas...

No podía separarme de ella, y ya hablé con el director de mi universidad. Me dijo que perdería todos esos meses de curso y que el año que viene comenzaría de cero, y acepté encantada.
Hacía unos días que Billie despertaba con un fuerte dolor de cabeza, incluso con sangre en su nariz algunos días. Intentaba hacerme la fuerte delante de ella y la abrazaba mientras le decía que todo estaría bien, pero por dentro estaba rompiéndome a pedazos y el único momento del día que tenía para desahogarme era mientras ella dormía.

La luz en sus ojos se apagaba, ese fuego azul se apagaba y yo, me desvanecía en pedacitos cada día más.

-Tranquila mi vida, llegarán pronto. -dijo mi madre.

-Quería ir con ella, no se porqué no me ha dejado... -suspiré y me apoyé en la mesa. -Siempre voy a sus visitas y nunca tardan tanto.

-Quería que descansaras, ella sabe que no duermes mucho por las noches. Y los médicos le habrán dicho lo mismo de siempre y se habrán parado a comprar alguna cosa. -dijo mi padre acercándose a mi. Besó mi frente y lo abracé.

-Esto es demasiado duro... -dije sobre su pecho. -Cada día me pregunta si se ve mejor, y tengo que tragarme el nudo en la garganta para no decirle lo delgada que está, o lo mucho que ha cambiado su voz. Se va a ir papá... no... no quiero que... que se vaya. -estallé en llanto mientras sus fuertes brazos me apretaron con fuerza.

-Mi niña... no te mereces todo el sufrimiento que te está dando esta vida. -dijo. Mamá se unió al abrazo.

-Quiero a Billie como si fuera una hija para mi, estamos todos mal cariño pero no me imagino cómo debes estar tú. -sollozó mi madre. -Intenta hacerla feliz, que disfrute de todos y cada uno de sus días porque en sus ojos veo lo enamorada que está de ti y créeme que eso nunca lo he visto en nadie.

-Nos amamos mamá, como ese amor que sólo se ve en las películas. Encontré mi propia película, la viví y la disfruté. Y parece ser que la vida no quiere que tenga un final feliz. -me separé del abrazo de mis padres cuando escuché la puerta abrirse.

Me giré con desesperación y sequé rápidamente mis lágrimas, no quería que Billie me viera tan rota.
Primero entró Finneas, cabizbajo como estábamos todos últimamente, luego Maggie y finalmente Patrick mientras cogía la mano de su hija.

-¡Bil! -dije emocionada. Caminé rápido hacia ella y cuando su mirada triste y apagada conectó con la mia borrosa por las lágrimas, su azul brilló de nuevo y en mis labios se formó una sonrisa gigante cuando vi que me sonreía.

-Hola mi amor. -me dijo levantando sus brazos para que la abrazara. -¿Has podido dormir un poco más?

La abracé con fuerza y enterré mi cabeza en el hueco de su cuello, inhalando ese aroma que era suyo y siempre tendría.

-No he podido, las ganas de verte no me han dejado. -contesté acunando sus mejillas entre mis manos.

Maggie me dijo la otra noche que ama ver cómo la expresión de Billie cambia cuando yo estoy cerca, me dijo que sus ojos brillan más y que su sonrisa es verdadera.
Y ahí estaba ella, la mujer que me enamoró, sonriendo a lo grande mientras sus mejillas eran aplastadas por mis manos.

BLUE FIRE || BILLIE EILISHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora