La reacción que tuvo mi cuerpo cuando vi esos profundos y apagados ojos azules, fué demasiado devastadora y emotiva.
Todo y absolutamente todo mi cuerpo tembló, se congeló, y de mis ojos comenzaron a brotar unas lágrimas tan pesadas que podrían hacer grietas en el suelo de ese hospital.-¡Billie! ¡Oh Dios mio! -sollozó Maggie acercándose a su hija y tomando su mano.
En ese momento Billie volvió a cerrar sus ojos fuertemente y se llevó la mano libre hacia la venda en su cabeza. Emitió un gruñido.
Dios mio, era ella, estaba viva y no podía creerlo aún.
-Ma... mamá... -todos aguantamos la respiración en nuestro pecho cuando escuchamos su voz, apagada y afónica, pero su voz.
-Mi niña... mi bebé... estás viva... -dijo Patrick tomando su otra mano.
-Hermanita... -sollozaba Finneas a los pies de la camilla.
Observamos esa escena que te ponía los bellos de punta desde los pies de la camilla, viendo a esa familia que por poco se rompe en pedazos, juntos de nuevo.
Billie parecía estar demasiado adormilada y atontada por la anestesia, pues no miraba más allá que al techo y volvía a cerrar sus ojos.
Apretaba sus manos sobre las de sus padres, parecía como que quería cerciorarse de que ella había despertado, que estaba viva y que no había dejado este mundo.Lauren y Justin se abrazaron a mi, llorando a mares y diciéndome lo felices que estaban por lo que había pasado.
Camila y Halsey seguían arrodilladas en el suelo, intentando calmar su respiración porque parecía que les iba a dar un ataque de ansiedad.Mis padres acariciaban la espalda de Maggie, consolándola y transmitiéndole esa felicidad que sentían mientras no dejaban de mirar a mi ángel.
Y yo, no podía quitar las manos de mi boca, no podía respirar con normalidad y mi pecho dolía horrores por los acelerados latidos de mi corazón.
No podía moverme, no podía dejar de mirarla ni un segundo.-Ash...ley... -susurró.
Justin y Lauren me sujetaron porque al parecer debido al sollozo, las lágrimas y su voz, mis rodillas se doblaron.
-Mi amor... -dije como pude.
Patrick me miró con una sonrisa bañada en lágrimas y me indicó que me acercara.
Entonces, con la mayor fuerza del mundo, moví de nuevo mis piernas hacia esa camilla y me coloqué en el sitio de Patrick.
Soltó la mano de su hija y la tomé yo, sin dejar de mirarla, acerqué su mano a mis labios. No podía dejar de darle besos, sintiendo su olor y su piel de nuevo.-Estoy... estoy aquí. Estamos todos aquí mi vida. -le dije.
Parecía que le dolía demasiado la cabeza, pues no dejaba de gruñir bajito y cerraba sus ojos fuertemente.
-¿Dónde... dónde es-estoy? -preguntó aún con sus ojos cerrados. -No... no... -su pecho comenzó a bajar y a subir con rapidez, su labio inferior comenzó a temblar y sus manos agarraron fuerte la mia y la de Maggie. -He muerto... he mu-muerto...
Su voz era tan ronca y afónica, que si cerraba los ojos y la escuchaba no sabría que era ella.
-Hija mia... estás viva. -dijo Maggie secando sus lágrimas con su mano libre. -Estás viva cariño...
Billie quería llorar, lo sabíamos todos porque su cuerpo tenía espasmos, su pecho se movía con rapidez y su labio seguía temblando.
Entonces, solté su mano y me acerqué a ella, alcé con miedo mis manos y las dirigí a sus mejillas.
Las acuné suavemente, como si fuera un frágil tesoro que solo nosotros teníamos la suerte de tener.