Un conejito en casa - SeHo | HunHo (En edición)

Capítulo 4

Estar con Chanyeol era divertido, el mayor siempre tenía cualquier cosa por decir, además de que habían estado viendo películas en la televisión toda la mañana, pero ahora, el peliblanco estaba haciendo su trabajo en el ordenador portátil y se quedó solo en la sala.

Jugó con un coche de juguete rojo que le compró Chanyeol hace unos meses atrás para cuando fuese al apartamento, que no se aburriese, pero después de imaginar que el coche volaba, imaginar que iba por todo el sofá conduciendo e incluso jugar con una Barbie que se montaba en el auto para irse con Ken, lo aburrió.

Ahora se preguntaba si lo que le habían dicho los mayores sería cierto, ¿Sehun vendría a disculparse con él?

Ya habían pasado dos días, si no recordaba mal, desde que se fue de la casa de Sehun, o bueno, desde que lo echó.

Al día siguiente vendría otra pareja de amigos de su dueño a buscarlo para cuidarlo unos días. Pero Junmyeon no quería molestar a los demás porque sabía que estaban ocupados con sus trabajos y familias. Por eso esperaba a que Sehun volviera a por él, aún después de lo que le dijo, no podría guardarle rencor al amigo de Lay.

***

- Dios, necesitaba salir ya de casa, últimamente todos se enfadan conmigo. - Sehun tomó un poco de su Bubble Tea mientras que Kuanlin tomaba un batido de zumo.

- ¿Eh? ¿Y eso por qué?

- Cuando Yixing hyung trajo a su conejo no me había dicho que también se podía convertir en un adolescente. - Comentó con un poco de fastidio.

- ¿Qué? Es... ¿Lo dices en serio? ¡Eso es genial! Cuéntame más, hyung.

Sehun levantó la vista de su té para mirar confundido a su amigo.

- ¿Genial? - Habló incrédulo. - ¿Acaso sabes que son solo hechos para el sexo?

- Eeehh... ¿Acaso sabes que los maltratan, los separan de sus familias y alteran sus cuerpos?

Se creó un pequeño silencio entre ellos dos, como si estuvieran desafiándose con la mirada.

- ¿Pero que dices? - Volvió a hablar el de cabellos claros.

Kuanlin suspiró y miró a su amigo. - ¿Acaso no recuerdas el trabajo que hice en el primer año de Universidad? Ah, claro que no. Faltaste porque no hiciste el tuyo e inventaste alguna excusa para poder entregarlo más tarde. - El pelinegro se cruzó de brazos y frunció el ceño. - En mi trabajo, que por cierto conseguí la nota más alta de todo el aula, hablaba sobre qué vivían esos niños, porque sí, desde niños empezaban a usarlos. ¿Sabías también que pude hablar con uno en persona y pedirle que me hablase sobre su situación? Me sentí como un reportero surcoreano entrevistando a un norcoreano, todo lo que decía era... Bueno, el caso es que conociéndote, seguro le dijiste cosas malas porque ni siquiera te molestaste en conocerlo. ¿Y si hubieses sido tu, hyung? ¿Y si tú hubieses pasado por todo lo que tuvieron que pasar ellos? ¡Te sentirías mal si alguien te insulta o te golpea por solo tener genes de animales!

Sehun no contestó nada, solo se quedó con su ceño fruncido pensando en lo que acababa de oír. - Yo lo eché de casa...

- ¿Qué? ¿Estás loco? - El menor se levantó mientras tomaba su bolso. - Oh Sehun, hasta que no te disculpes con él y me lo presentes, no me hables. Ah, y como eres mi hyung, vas a pagar todo lo que pedí y comí.

Con el mentón bien arriba, se fue como si de una pasarela de moda se tratase, haciendo que algunas personas lo mirasen por la forma en la que iba caminando.

Después de todo, cuando pagó por la comida y salió del local, por la calle pudo ver que en verdad había mucha más gente como Junmyeon, y el no se había dado cuenta.