Capítulo 3

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Pensó en cerrar los ojos después de un rato de llanto, pero una mano en su hombro lo asustó a tal punto que volvió a empezar a llorar sin darse cuenta.

- Ey, tranquilo, soy yo... Baekhyun. - Oh si, era el amigo de su dueño. Un bonito chico con una sonrisa brillante y cabellos castaños. - ¿Que haces aquí? Además... ¿Dónde está Sehun? Te he visto desde el otro lado de la calle, la gente no dejaba de susurrar o decir cosas así que como siempre, la curiosidad mató al gato y miré en la dirección que señalaban. Chanyeol... Ah, Chanyeol está ahí, hemos salido de cenar.

Y era cierto, Chanyeol, un chico de cabellos teñidos de blanco se acercó preocupado al ver el estado del amigo de Lay, quien claramente se notaba que había estado llorando.

- S-sehun me ha echado de casa, se ha d-dado cuenta del monstruo que soy... - Un fuerte dolor lo golpeó en el estómago y soltó un quejido. - Hyung, me duele el estómago, comí chocolate sin querer y...

No dijo nada más y simplemente se acercó al pecho de Baekhyun para no sentirse tan triste, por lo menos quería quitar ese dolor de su corazón con mimos que el mayor siempre le proporcionaba cuando se veían.

El castaño miró a su pareja con preocupación y el de cabellos blancos parecía enfadado, pero prefirieron dejar la charla con Sehun para el día siguiente y llevar a Junmyeon a su hogar para que descanse y ayudarlo con ese dolor de estómago.

Chanyeol se encargó de cargar el pequeño cuerpo de Junmyeon en su espalda porque sabía que Baekhyun no podría llevarlo por mucho tiempo. Es por eso que el castaño cargó con la mochila del menor y juntos fueron caminando hacia donde vivían.

El apartamento donde vivían la joven pareja era más grande que el de Sehun, quizás eran las ventajas de que el peliblanco trabajase en una empresa como compositor y el castaño trabajase en una tienda de ropa bastante lujosa.

Para cuando llegaron, Chanyeol recostó a Junmyeon en el gran sofá blanco de la sala mientras Baekhyun corría hacia el lavabo para buscar alguna pastilla para el dolor de estómago, ya sabía cual debía usar para cuando al pequeño conejito no le pasara eso porque una vez sin querer le dio un batido de chocolate para merendar.

Mientras Myeon tomaba su pastilla lentamente junto a un vaso de agua, Baekhyun trataba de mimarlo todo lo que podía. Lo abrazaba, acariciaba sus cabellos, sus orejas, le dejaba besitos en sus mejillas y le decía cosas bonitas, como lo lindo que era o lo adorable que se ve incluso llorando.

- A ver que hay en tu mochila... - Chanyeol se sentó a la derecha del pelinegro y empezó a sacar cosas de la mochila, como ahora, el peluche del menor. - ¡Zanahorita! Mira Myeonnie, Zanahorita te extrañó y no quiere que estés triste...

Le acercó el peluche y el dueño de este sonrió ampliamente por lo amables que eran Baekhyun y Chanyeol con él, le gustaría que alguien tan amable como ellos lo adoptase, porque aunque Lay fuera su dueño ahora, no siempre podría hacerse cargo de él así que por eso pensaba en buscar a alguien que pueda cuidar de él adecuadamente.

- Oh, tu pijama también está aquí, ¿quieres ponértelo para estar más cómodo?

Como respuesta asintió con la cabeza, pero luego pensó algo y miró a Baekhyun. - Hyung, ¿podría ayudarme a bañarme? Es que Sehun hyung no lo hizo...

- Está bien, yo te ayudo, y luego comerás algo delicioso, ya son las diez de la noche. ¿Quieres dormir con nosotros o en la habitación de invitados?

Baekhyun sonrió ampliamente cuando vio que se sonrojaba y asentía con la cabeza justo cuando mencionó dormir con ellos.

- Pues así será, vamos a la bañera mientras tú, Channie, preparas una crema de zanahorias para él.

Un conejito en casa - SeHo | HunHo (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora