| Capítulo 5 |

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Sí, el mayor de los D. se había empezado a atragantar al ver que entraba una persona a la cual hace tiempo no veía. Su cabeza empezaba a nublarse, dejando a flote la franqueza no saber si encontrarse en ese lugar y en ese momento fuera por la mejor de las suertes posibles, o la peor.

—Ace, ¿estás bien? —preguntaba el rubio mientras daba palmadas en su espalda.

—S-sí, solo... que...

—Oye, ¿ése de ahí no es Marco? ¡Oe, Marco! —el pequeño pelinegro empezó a llamar a un chico alto de cabello rubio y lentes, quien al escuchar su nombre volteó a ver en la dirección donde provenía el llamado, encontrando a los hermanos y a sus dos compañeros, acercándose un tanto sorprendido al verlos.

—Luffy, Ace, Sabo, cuanto tiempo, no sabía que regresaban hoy —le nació una pequeña sonrisa ladeada.

—¿No te lo había dicho Ace? Pensé que serías el primero al que avisaría cuando nos enteramos que volveríamos —comentó el rubio, volteando a ver a su hermano el cual tenía un leve rubor acompañando sus numerosas pecas.

—No lo hice porque pensé que tú lo harías —comentó nervioso el azabache.

Marco acentuó más su sonrisa ante las acciones de los hermanos, dirigiéndose después a Luffy, el cual, según pensó, no había cambiado en lo mínimo. —Veo que no has cambiado nada, Luffy, sigues siempre con tu sombrero de paja y una sonrisa que reconocería en cualquier lugar.

—Shishi, claro, este sombrero es mi mayor posesión hasta que cumpla mi promesa —comentaba el menor sujetando su sombrero mientras su amplia sonrisa le hacía entrecerrar los ojos.

El celular del ojigris empezó a sonar, y al revisar el número supo que era hora de irse.

—Disculpen, tengo que irme —se disculpó con cordialidad, enfocando su hastiado reflejo en la pantalla, sintiéndose tan lóbrego como la pantalla.

—¿Por qué tanta prisa, Law?

—Tengo turno en el hospital —contestaba desinteresado al teniente.

—Oh, sigues trabajando en el hospital, ¿cómo está la doctora Kureha? —preguntó con diversión, casi burla, el hombre.

—Gruñona, igual que siempre...

—Jajaja no me sorprende, después iré a verla, hace tiempo que no doy una vuelta por el hospital.

—Oe, Torao, ¿trabajas en el hospital general? —los enormes ojos de Luffy brillaron en mil y un curiosidades. Había algo que le hacía querer preguntar demasiadas cosas a Law y, para la importuna situación, no había ni tiempo ni privacidad.

—Sí, ¿por qué preguntas, Mugiwara-ya?

—¿Entonces conoces a Chopper?

—El aprendiz de esa vieja, sí, me enteré que la próxima semana se gradúa de médico general.

—Shishishi genial estaré para la graduación del miembro más joven —decía más para sí mismo Luffy, atrapado en emoción.

—¿Conoces a ese niño, Mugiwara-ya?

—¡Claro que sí! Desde la secundaria. Siempre que me metía en alguna pelea, junto a Sanji y Zoro, él curaba nuestras heridas, y así nos hicimos buenos amigos en aquel entonces... ¿A qué hora sale Chopper del hospital?

—A las cinco en punto termina su servicio.

—Entiendo, por lo tanto se reúnen a las seis... Shanks, ¿crees que el trámite termine antes? —el sombrero de paja se había levantado unos centímetros de la silla, con exaltación, apoyándose con los brazos sobre la mesa y arqueándose tanto hasta llegar a la cara del pelirrojo.

MAKTŪB - [ Lawlu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora