| Capítulo 4 |

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En una de las bancas de la terminal se encontraba sentado un hombre pelirrojo, esperando con una ligera sonrisa ladeada.

Cada que llegaba un tren buscaba con la impaciente mirada a ciertos tres hermanos, sin mucho éxito después de haber pasado ya unas cuatro horas desde que llegó. De hecho, ya hasta había pensado en el recorrido que haría con ellos: primero ir a desayunar, después llevarlos a comprar despensa para su casa y finalmente estar a más tardar las tres en la estación.

Los hermanos habían conseguido una pequeña casa en la ciudad, ya que a ninguno le gustaba la idea de volver a dormir bajo el mismo techo que su abuelo y menos si en la mañana los despertaba con su clásico "golpe de amor".

Dieron las diez de la mañana cuando el tren que venía de Dressrosa llegó a la estación de Sabaody, y tres chicos salieron del vagón. El menor, quien caminaba aún adormilado, tan pronto logró visualizar al pelirrojo sentado en la banca (el cual estaba tomando un café con unas galletas al costado) recuperó suficiente energía para salir corriendo en su dirección, mientras gritaba su nombre. El pobre hombre apenas y pudo dejar su café a un lado antes que el menor se abalanzara sobre él con ímpetu.

—¡Oi Luffy, cuánto tiempo sin verte! —la exagerada sonrisa del hombre expresaba con exactitud el mar de felices emociones que era en el interior, después de todo, aquel monito que tanto lo enternecía volvía a estar con él.

—Shishi, dos años, Shanks —comentó el menor sonriendo en el pecho del otro, mientras sus hermanos llegaban a su lado.

—Hola, Akagami —saludaron al pelirrojo.

—Hola, Ace, Sabo —les respondía con emoción en la voz, a la vez que le daba unas palmaditas a Luffy en la espalda—. Bueno, ¿les parece si les invito el desayuno?

—¡SÍ, COMIDA! —gritaba Luffy, por fin separándose del mayor.

Finalmente los cuatros optaron por salir de la estación para dirigirse a una cafetería cercana a desayunar, y por supuesto ninguno se percató de que eran vigilados, la alegría del reencuentro los superaba en ese momento y cualquier cosa fuera de eso no les importaba demasiado.

Una vez estando en el lugar acordado los cuatro se sentaron en una mesa retirada al resto, Shanks sabía que si Luffy empezaba a preguntar por personas del trabajo no se quedaría tranquilo hasta tener una respuesta clara, y no sería beneficioso que alguien escuchara ciertos detalles.

—Después los llevaré a que compren las provisiones necesarias para su casa —explicaba el pelirrojo, captando la atención de los tres, para enseguida continuar—: Ah, el subdirector me pidió que los llevara a la estación, quiere que llenen el papeleo de que ya llegaron y la asignación de alguna misión.

—¿Qué? Pero si ya tenemos una... —el pecoso le tapó la boca a su hermano menor para después revisar si no había alguna persona misteriosa cerca.

—Tranquilo, Ace, elegí esta mesa justo para evitar que alguien nos escuche, esta zona es la más tranquila y separada del lugar, es perfecto para hablar sobre "negocios".

Al momento, un chico alto de cabellos color azabache entraba a la cafetería, enseguida acercándose a donde se encontraban los hermanos y el pelirrojo.

—¿Comandante Shanks? —decía con inexistente sorpresa mientras cortaba la poca distancia con la mesa—. No esperaba encontrarlo aquí.

—Hey, Law. Vine a recoger a los nietos del subdirector, ¿no lo habías escuchado?

—Oh, sí, lo olvidé —volteó a ver a los tres jóvenes que acompañaban al comandante, los dos mayores no le daban mayor importancia, estaban más bien concentrados en cuidar su desayuno del que parecía el menor, mientras el mismo comía una buena ración de carne—. ¿Son ellos?

MAKTŪB - [ Lawlu ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora