¿Celos?

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-Sabía que te encontraría aquí- fue lo primero que le dijo Shaina una vez que le permitió recuperar el aliento.

No supo qué responder. En realidad, Seiya se sentía avergonzado por cómo había actuado Shaina al llegar así, llamando la atención de todos los presentes y plantándole semejante beso.

-Miho por favor llévame un té a mi despacho. Jabu, necesito que vayas urgentemente a hospitales y estaciones de policía para averiguar si pueden ayudarnos a encontrar a Hyoga y Shun- dijo Saori a sus empleados ignorando por completo a Seiya y su "amiguita".

Por primera vez, Seiya se sintió mal por la indiferencia de la chica. Así que como pudo sacó a Shaina del orfanato, tenía muchas cosas que decirle pero primero quería hablar con Saori. Le dijo a Shaina que después la buscaría para hablar pero que de momento tenía asuntos que resolver. Una vez que se fue, se dirigió corriendo de vuelta al edificio y vio que Saori entraba a su oficina.

-Saori...- le dijo y la chica le azotó la puerta de su despacho- ¡Espera!- insistió y abrió la puerta del despacho, sólo para azotarla de nuevo una vez que entró.

La chica seguía ignorándolo, se sentó detrás de su escritorio y por fin habló- ¿Ya terminaste de atender a tu visita? Vaya, sí que eres rápido.

-Saori... Lamento lo que sucedió allá afuera- expresó sin pensarlo mucho.

-¿Qué lamentas Seiya?- preguntó y el aludido no tuvo respuesta- Yo también lo lamento. Lamento haber presenciado semejante espectáculo- dijo tan molesta como hace años Seiya no la veía

-Saori... de verdad no sé cómo explicarte lo que sucedió. Shaina es...

-Evidentemente una mujer que toma demasiada confianza- interrumpió- Mira que venir y entrar como si fuera su casa y casi... comerte ahí mismo sin tomar en cuenta que había niños presentes.

-No exageres- se defendió- Shaina es así, y no intento justificar su actitud... De verdad esto no volverá a suceder, hablaré seriamente con ella y de una vez le dejaré muchas cosas en claro.

- Eso espero...Y te lo advierto Seiya, no quiero volver a ver a esa mujer por aquí.

Seiya comenzaba a desesperarse, el tono molesto de Saori lo hacía perder el control; no podía definir si era porque le recordaba a la niña caprichosa que solía ser o porque no quería que estuviera molesta con él. -Tampoco es para que te pongas así Saori...

-¿Ah no?... Si no tolero ese tipo de actitudes... Conozco cómo son ese tipo de personas...

-¡Espera! No juzgues sin conocer, sino fuera por ella yo no me habría decidido a regresar a Japón... - luego alzó un poco más la voz– Y no hables de ella como si fuera menos que tú; Shaina y yo somos parecidos en ciertos aspectos, y si crees que por no ser de alta sociedad no tenemos modales... allá tú. Sé que siempre me has considerado como un grosero, un vago, un idiota, un bruto que jamás podrá alcanzar a alguien como tú...- y de pronto le salió decir- ¡¿O acaso quieres que todos seamos como los de tu clase?! ¡Como tu noviecito el tal Solo! - no supo porqué dijo eso, pero el tema del prometido de Saori era algo que tenía algunos días irritándolo.

-¿Quién te habló de Julián?- preguntó.

-Son cosas que saben... Y te digo una cosa, es el tipo más engreído que he conocido en mi vida... No cabe duda que están hechos el uno para el otro- finalizó. Se dio la vuelta, no quería seguir hablando; cuando estaba a punto de salir se detuvo y le dijo a Saori- Además, para que lo sepas, Shaina y yo ya no somos nada.

Salió de ahí molesto, era la primera vez que discutía así con Saori desde hacía mucho tiempo. Lo curioso era que el origen del problema habían sido terceros: la repentina aparición de Shaina y la antipatía que sentía por Julián Solo.

Del Odio Al Amor Sólo Estás TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora