Capítulo 2

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Ethan

Sentía un dolor en los músculos de mis piernas, me faltaba poco para llegar al instituto, mis pasos se iban ralentizando poco a poco, hasta que terminé inclinado con las palmas de mis manos en las rodillas y jadeante, el sudor corría por mi frente y sentía mis axilas empapadas, debía verme horrible.

No volvería a tomarme "5 minutos más" después de despertar.

Seguí caminando lentamente mientras intentaba estabilizar mi respiración, cuando llegué a la puerta de el salón donde recibiría mi primera clase. Reuní fuerzas para tocar la puerta, me preparé mentalmente para tal humillación, esa mujer era intimidante, y además no iba nada bien en su clase.

Malditas matemáticas

La puerta se abrió dejando ver a la mujer de unos 40 años, alta y de cabellera rubia, llevaba un abrigo que tenía todos los botones abrochados que le llegaba arriba de la rodilla y unos pantalones negros.

Me vio de arriba a abajo con su expresión molesta de siempre.

—¿Cuál es su excusa hoy? —Preguntó frunciendo su ceño.

Yo no llegaba tarde todos los días, solo fueron unas dos veces en su clase, lo sientoooo señora, pero el saber que tendría que levantarme para venir a ver su horrible clase no me animaba.

—Me quedé dormido. —pronuncié en voz baja.

Ella me vio por unos segundos que sentí eternos y me hizo un ademán con su mano indicándome que pasara.

Me adentré al salón y apresuré mis pasos, sentí muchas miradas sobre mí, eso era realmente vergonzoso.

Ubiqué mi perezoso trasero en el asiento y me dediqué a respirar intentando poner atención a lo que la maestra decía, con cada palabra que pronunciaba, equivalía a un bostezo de mi parte. Empecé a sentir mis párpados cansados, pesados, sentí que se estaban cerrando y no tenía la suficiente fuerza de voluntad para detenerlos, hasta que se cerraron por completo, y para cuando abrí los ojos, mis compañeros estaban viéndome y la profesora estaba delante de mi con sus brazos cruzados, parecía molesta.

Oh, oh.

—Ethan Cooper, llegas tarde a mi clase, tus calificaciones son muy bajas, y ahora parece que te resulta tan aburrida que te duermes, ¿eh?. —habló lentamente.

Yo solo bajé la mirada avergonzado.

—Estaba diciendo que harán un trabajo de matemáticas, es muy complicado y he notado que muchos tienen problemas con mi clase, he asignado parejas—, comentó mientras se desplazaba por los diferentes lugares donde estaban sentados mis compañeros. —Les daré una semana para que lo entreguen. Es probable que no hayas escuchado—se dirigió a mi esta vez— Pero tú y Natt lo harán juntos —esta vez señaló a la chica a mi lado. —Ella es muy buena en matemáticas, tal vez aprendas algo con ella.

Rodé los ojos al escuchar eso, la chica fastidiosa de ayer, ahora haríamos un maldito trabajo de matemáticas, la tendría que soportar por una semana.

—Por cierto, te quedarás a limpiar el salón tu solo al final del día, por llegar tarde.—finalizó.

—Odio mi vida. —murmuré en voz baja.

****

Cuando el día terminó no me moví de mi lugar, pues recordé el castigo que tenía, y mientras el salón iba quedando vacío busqué los artículos de limpieza y empecé a barrer el polvo del salón.

Visualicé que había una chica al final, que aún no se iba, Natt.

—Ya terminaron las clases— le dije mientras barría.

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