Natt
Abrí los ojos lentamente intentando acostumbrarme a la luz.
Lo primero que vi fue el techo, ¿donde estaba?
Traté de incorporarme un poco para ver más, estaba en una camilla de hospital pero, ¿Por qué?, un cuarto con paredes blancas y muchos aparatos al lado de la camilla.
Estaba observando el cuarto cuando la puerta se abrió rápidamente y Ethan pareció sorprendido y luego se acercó, cauteloso.
Me observó durante unos segundos y después frunció su ceño.
—Eres una torpe, te dije que tuvieras cuidado con las serpientes—. Reprochó.
—¿Que fue lo que pasó?—Pregunté confundida.
—Una serpiente cascabel te mordió. Quedaste inconsciente al poco rato y tuve que cargarte en todo el camino... Cuando llegué a la carretera estaba completamente desesperado, no podía traerte en mi moto porque estabas inconsciente, y gracias al cielo, unos segundos después pasó una camioneta en la que iban una mujer y su hija, les hice señas para que se detuvieran y me ayudaran, gracias a ellas pude traerte al hospital y te atendieron a tiempo. — explicó.
Después llegó una doctora, que pude reconocer, era la mamá de Ethan quien la vio y bajó la mirada avergonzado.
—Natt, fuiste mordida por una serpiente cascabel, el veneno de este tipo de serpiente lesiona el tejido que rodea la mordedura. El veneno puede causar cambios en las células, impedir la coagulación de la sangre y lesionar los vasos sanguíneos, de modo que el líquido se filtra a través de los mismos.
En las mordeduras graves como fue la tuya, se administra un antídoto contra el veneno.
Y tranquila, estás y estarás bien, las mordeduras de serpiente son aterradoras, pero solo causan la muerte en raras ocasiones en nuestro país. — me sonrió después de soltarme toda esa información.—Soy Keena Cooper—me extendió su mano —La mamá de éste niño irresponsable —señaló a Ethan y él volvió a bajar la mirada.
Yo estreché su mano y le sonreí—Natt Parker, es un gusto al fin presentarme con usted —le dije amablemente.
—Natt, lo lamento pero tuve que avisar a tus padres, Ethan me dijo que ellos no sabían nada de que irían al bosque al igual que yo— le dio una mirada severa a Ethan.
Y yo sentí palidecer, mis padres no eran unas personas fáciles, ellos exageraban todo de una manera horrible. Pero ahora ya no había manera de evitarlos, ya los habían llamado.
—Ahora díganme, ¿Qué estaban haciendo en el bosque ustedes solos? —pasó su mirada de Ethan a mi y viceversa.
—Señora Cooper, todo esto fue mi culpa, convencí a Ethan de que fueramos, ahora veo que no fue buena idea...
—¡No!, yo la llevé, es mi culpa—. Interrumpió Ethan y su mamá lo miró molesta.
—Es mi culpa, porque soy muy torpe y no me fijé por donde caminaba aunque Ethan ya me había advertido.
—No, yo... No debí haberla llevado ahí.
—¡Ya basta!, parecen imbéciles auto culpándose—. Habló la doctora Cooper y los dos nos quedamos callados al instante.
La puerta se abrió dejando ver a mi mamá, su rostro dejaba ver lo preocupada que estaba.
—Natt, cariño—. Se dirigió a mi en cuanto me vio y corrió a abrazarme—, nos llamaron diciéndonos que estabas aquí porque una serpiente te había mordido. ¿Cómo pasó?—comenzó diciendo mi madre.
Miré a la señora Cooper suplicante, aclarandole que no dijera nada del bosque, ella pareció pensarlo.
—Mamá... yo... estaba en el jardín trasero de la casa... —empecé titubeante.
—Conmigo —interrumpió Ethan —Estábamos en el jardín de su casa, y Natt... —parecía que se había quedado sin ideas.
—Una cascabel estaba pasando por el césped y Natt no la vio, accidentalmente la pisó y ésta en un intento de defenderse le mordió la pantorrilla, Ethan quien estaba presente la trajo lo más rápido aquí y pudimos atenderla a tiempo. —para mi sorpresa continuó la doctora.
—Oh—, pronunció mi madre—. Ethan, gracias al cielo que estabas ahí con mi hija, de no ser así no quiero ni pensar en lo que hubiera pasado—, él apretó los labios y asintió.
Le agradecí ese gesto con una mirada a la doctora Cooper.
—Bueno, es momento de que los dejemos solos, Ethan ven, tengo que hablar contigo —y lo llamó con el dedo índice.
Ethan
Mamá estaba furiosa, se notaba en su cara de pocos amigos.
—No vuelvas a hacer algo parecido nunca, Ethan Cooper. Lo dejo pasar esta vez y mira que es demasiado ¡por tu irresponsabilidad pusiste en peligro a esa chica! —me riñó cuando salimos del cuarto.
—Mamá... —intenté decir.
—Nada, estás castigado, y aunque no esté mucho tiempo en casa haré que lo cumplas. Ahora vete a casa, Natt se quedará esta noche. Mañana regresará a su casa—, su mirada severa me repasaba de pies a cabeza, negó seria y se adentró al cuarto de nuevo.
Empecé a caminar por el pasillo dirigiéndome a la salida, estaba realmente muy cansado, mis pies dolían y mis brazos también por haber cargado el cuerpo pesado de Natt.
Recordé lo mucho que me asusté cuando ella se quejaba del dolor que le causaba la herida, pensé lo peor y me desesperé tanto, jamás me perdonaría que le pasara algo por mi culpa.
Me encaminé a la salida del hospital y al doblar en un pasillo choqué contra un chico que iba en dirección contraria a mi, él dio unos pasos hacia atrás por el impacto y me dio una mirada llena de furia.
En el momento no me di cuenta pero luego de verlo un rato, podía jurar que había visto su cara en algún lado, o tal vez se parecía a alguien.
Él pasó por mi lado, sin mirarme dándome un leve empujón con su hombro.
Le resté importancia y seguí mi camino hacia mi casa.
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Su mirada en mí
Mystère / ThrillerEthan Cooper es un chico de 17 años, un poco solitario, vive en un pueblo pequeño, no tiene muchos amigos puesto que es pésimo socializando y además no le interesa tenerlos. Su vida es completamente normal hasta que conoce a Natt, una dulce y tierna...