Natt
Me encontraba frente a la puerta de Ethan, había estado tocando el timbre desde hace minutos ya y nadie me había abierto aún.
Bajé las escaleras que habían en la entrada de su casa dispuesta a irme, pero vi llegar un carro, del cual se bajó el chico al que esperaba en su puerta.
—¿Que haces aquí? —, cuestionó confundido.
—Vine a terminar el trabajo, ¿a caso lo olvidaste?.
—Emmm, oh sí, eso, vamos dentro—. Entonces abrió la puerta y me hizo pasar junto a Hunter.
Y sin decir nada empezó a sacar los libros y ubicarlos en la mesa junto a muchos lápices.
La casa de Ethan era muy bonita, tenía una decoración bastante hermosa, sus paredes estaban pintadas en color blanco y los sillones y sofás eran color negro, habían jarrones y otras artesanías de muy buen gusto. También habían cuadros en las paredes.
Yo me mudé hace unos tres meses y empecé éste año a estudiar en el instituto del pueblo, jamás había hablado con Ethan aunque compartía algunas clases con él, no conocía mucho de mis vecinos y mucho menos del pueblo. Nunca salía de mi casa y mis padres tampoco se relacionaban con gente del pueblo sólo con la vecina que cuidaba a Hunter.
°°°°
—Nos tardamos mucho tiempo intentando resolverlos—, comenté señalando la hoja de papel llena con más ejercicios.
Ya teníamos unas horas resolviendo ejercicios de matemáticas. Sentía mi cerebro agotado. Cabe destacar que a mí se me dan bastante bien las matemáticas, pero en serio, éstos ejercicios están muy complicados.
—Odio esta clase—Lo vi rodar los ojos, parece que esa era su expresión favorita.
Ethan era algo hermético y frío, siempre se veía aburrido y desinteresado, lo había observado los últimos meses, nunca lo había visto con alguien, a veces algún que otro chico le hablaba, pero no pasaba muy frecuentemente, la mayor parte del tiempo en el colegio estaba solo.
—No te muevas de aquí, ya regreso—. Me dijo y se levantó caminando escaleras arriba.
Después de eso estuve unos segundos sentada esperando al castaño, pero no sé porqué, lo juro, pero cuando me di cuenta estaba subiendo las escaleras. Tal vez mi curiosidad me dominaba que cuando ella se presentaba yo dejaba de tener control de mi cuerpo.
No era que me gustaba merodear en las casas de las demás personas sin su permiso, lo juro, pero no sé qué está pasando justo ahora, no controlo lo que hago.
Cuando llegué arriba, había un pasillo un tanto oscuro porque estaba atardeciendo y no habían luces encendidas acá adentro.
Me desplacé lenta y silenciosamente, hasta llegar a una habitación que estaba al final del pasillo.
Lo más sensato sería regresar por donde vine y esperar a Ethan abajo, pero claro, no podía, ¿por qué?, sí, mi curiosidad me dominaba.
Giré la perilla del cuarto y lo encontré abierto, empujé suavemente la puerta y avancé unos cuantos pasos, estaba en completa oscuridad, toqué la pared esperando encontrar un interruptor que encendiera las luces y, ¡sí, lo encontré!.
Las luces del cuarto se encendieron, la decepción se hizo presente en mí, creí que encontraría algo peligroso que no debía ver o que se yo, pero solo era una habitación más, bueno, parecía una bodega porque habían unas cajas y otras cosas amontonadas en la esquina, la habitación que se ocupa para guardar cosas viejas que hay en todas las casas.
El polvo abundaba en los muebles y habían cuadros volteados hacia la pared, eran un poco grandes pero volteé uno. Era la fotografía de un Ethan de unos cinco años y un señor con cabellos canosos, y su mamá. Ethan tenía una sonrisa amplia en sus labios dejando ver sus pequeños dientes, sus ojos brillaban y parecía genuinamente feliz, me pregunto como se vería sonriendo a esta edad, nunca lo había visto sonreír, su cara nunca expresaba nada, bueno, a veces expresaba desprecio, fastidio, molestia.
Fui cuadro por cuadro y en todos ellos estaba ese señor, ¿por qué lo tenían acá?, supuse que era el papá de Ethan.
Giré en mis talones para regresar abajo y esperar a Ethan, pero ya era tarde, la sombra de una persona estaba en la puerta del cuarto.
Quedé inmóvil y mi corazón empezó a latir rápidamente, retrocedí mis pasos hasta llegar a la pared.
Dio pasos lentos hasta dejarse ver por completo en la luz, era Ethan.
Sentí alivio al verlo, imaginé lo peor, pero no me sentía del todo bien, porque estaba en esta habitación sin su permiso, era seguro que se enfadaría conmigo.
—¿Qué haces aquí? —Pronunció lento, tenía la mandíbula tensa, supuse que estaba enojado.
—Es- estoy buscando e-el baño—, le dije con mi voz temblando.
—Sal de aquí—. Señaló la salida.
Bajé la mirada y me encaminé a la puerta con pasos rápidos. Volví por donde vine y bajé las escaleras de la casa. Hunter estaba donde lo dejé y tomé su correa.
No quería ver a Ethan, estaba totalmente avergonzada, entonces decidí irme a mi casa, tal vez mañana tendría valor de verlo y disculparme por esto.
Salí a pasos rápidos de la casa con la correa de Hunter quien caminaba demasiado lento.
El frío de la noche me recibió al salir, me abracé a mi misma y froté las palmas de mis manos en un intento de darme calor.
Me detuve abruptamente cuando Hunter empezó a ladrar. Sentí una sensación muy incómoda. No podía explicar lo que estaba sintiendo, pero mi corazón latió desenfrenado, ¿por qué?
Hunter se soltó de mis manos y corrió lejos, cuando se detuvo empezó a ladrar furioso a un arbusto que estaba cerca del jardín de mi vecina, yo corrí tras él y lo tomé de nuevo.
¿Por qué sentía esa sensación?, vi a todos lados, pero no pude ver a nadie cerca.
Tiré de la correa del animal y apresuré mis pasos, cuando llegué a mi casa el calor de hogar me recibió, me sentí segura, a pesar de que no duró mucho tiempo esa sensación.
Porque a los pocos segundos de haber entrado a casa, algo chocó contra mi ventana haciendo un fuerte ruido. Sonó como si alguien hubiese arrojado una piedra a la ventana.
Me había tomado por sorpresa que mi corazón empezó a latir con rapidez hasta que logró estabilizarse después de un rato.
Me acerqué a la ventana con lentitud, intentando ver entre la oscuridad algo que justificara el golpe que recibió mi ventana. Pero, nada, el silencio de la noche invadía las afueras de mi casa y la tranquilidad se hacía notar, aunque no había nadie seguía sintiendo esa sensación de que alguien me observaba.
Una ventisca hizo que los bellos de mis brazos se erizaran, obligándome a cerrar por completo la ventana.
Que miedo...
Después de un rato de estar recostada en el sofá, intentando sacar teorías sobre lo que había caído en mi ventana, me aburrí y busqué hacer cualquier otra cosa para ya no seguir pensando en eso, hasta que mis padres llegaran.
Me harías muy feliz dejándome tu voto💚
Gracias por leerme.

ESTÁS LEYENDO
Su mirada en mí
Misteri / ThrillerEthan Cooper es un chico de 17 años, un poco solitario, vive en un pueblo pequeño, no tiene muchos amigos puesto que es pésimo socializando y además no le interesa tenerlos. Su vida es completamente normal hasta que conoce a Natt, una dulce y tierna...